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Baskonia se desploma en Belgrado con su sexta derrota seguida (90-72)

No levanta cabeza el Baskonia en esta Euroliga. El conjunto de Paolo Galbiati volvió a caer con claridad, esta vez ante un Estrella Roja que no perdonó en su fortín de Belgrado. El 90-72 final refleja la diferencia entre un equipo en crecimiento y otro atrapado en su propia inseguridad. Seis derrotas consecutivas acumulan ya los vitorianos, cuya mejor versión apenas apareció durante la primera mitad.

El inicio fue un aviso de lo que vendría después: los azulgranas sufrieron para igualar la intensidad local y concedieron demasiadas canastas fáciles. Aun así, el cuadro gasteiztarra logró ajustar su defensa en el segundo cuarto y encontró soluciones gracias al acierto exterior y a una circulación más fluida. Con Timothé Luwawu-Cabarrot de nuevo como referencia ofensiva (24 puntos), Baskonia remontó el vuelo y se marchó al descanso por delante (40-43), dejando la sensación de haber equilibrado el pulso.

El debut de Kobi Simmons aportó frescura en la dirección y el joven Joksimovic dejó detalles de personalidad, factores que ayudaron a contener el empuje serbio antes del intermedio. Por momentos, el Baskonia pareció reconocible: agresivo atrás, decidido y con confianza desde el perímetro.

Pero todo se vino abajo tras el paso por vestuarios. El Estrella Roja, liderado con mano firme por Sasa Obradovic desde la banda, salió desatado. Un parcial demoledor de 17-2 abrió una brecha insalvable. Las pérdidas, el descontrol y la falta de claridad en ataque dejaron al Baskonia completamente a la deriva. Codi Miller-McIntyre (20 puntos) y Jordan Nwora (19) castigaron una y otra vez en transición y en el uno contra uno, mientras los vascos entraban en bonus demasiado pronto. La diferencia se disparó hasta rondar los veinte puntos en un tercer cuarto para olvidar (32-15).

En el tramo final, el Baskonia intentó maquillar el resultado a base de acciones individuales, pero sin ritmo ni continuidad colectiva la reacción fue un espejismo. Galbiati echó en falta mayor influencia de sus bases y capacidad para contrarrestar la superioridad interior de Donatas Motiejunas y Chima Moneke, dominantes bajo los aros.

La Euroliga no espera y el calendario tampoco concede treguas. El Baskonia necesita reencontrarse, y hacerlo ya, antes de que la inercia negativa termine por convertir la crisis en algo más profundo. Por ahora, Belgrado deja otra noche de preocupación.

FICHA TÉCNICA

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