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Breogán 94-71 Covirán Granada: Día de Todos los Santos negro

Lugo. Liga Endesa ACB. Pazo Provincial dos Deportes. Jornada 5. CB Río Breogán - Covirán Granada. Fotos:Carlos Castro/ACB Photo

Lugo. Liga Endesa ACB. Pazo Provincial dos Deportes. Jornada 5. CB Río Breogán - Covirán Granada. Fotos:Carlos Castro/ACB Photo

El Covirán Granada vivió un auténtico calvario en el Día de Todos los Santos, cayendo con estrépito en Lugo (94-71) ante un Rio Breogán mucho más sólido, intenso y concentrado. Lo que prometía ser un punto de inflexión tras las últimas derrotas se convirtió en otra noche de pesadilla para los de Ramón Díaz, que volvieron a desconectarse tras un buen inicio (10-10) para acabar el primer cuarto 38-14 abajo.

La fiesta en el Pazo dos Deportes contrastó con el gesto serio del conjunto granadino, incapaz de frenar el vendaval lucense. Breogán dominó desde la defensa, corrió la pista con agresividad y castigó cada error rojinegro con precisión quirúrgica.

Durante los primeros minutos, el Covirán Granada mostró energía y buenas intenciones. Pero tras el 10-10, el equipo se vino abajo: malas decisiones en ataque, pérdidas en primera línea y un balance defensivo inexistente. El parcial de 28-4 en apenas seis minutos dejó el partido prácticamente resuelto.

Francis Alonso (máximo anotador del partido con 18 puntos) fue un catalizador clave, aprovechando su gran estado de forma y acierto desde la línea de tres puntos para ensanchar la cancha desde el inicio. Tácitamente, Breogán se enfocó en activar el ritmo de juego, buscando la transición rápida para castigar cualquier error del equipo nazarí.

Si la ofensiva de Breogán fue brillante, el colapso del Covirán Granada en la Q1 fue estructural y mental. El 38-14 no solo habla del acierto local, sino de una ausencia flagrante de «tensión defensiva» en el cuadro andaluz.

Ramón Díaz había centrado la preparación de la semana en la imperiosa necesidad de ser «un mejor equipo en defensa» y mejorar la agresividad en ese aspecto. La realidad del primer cuarto demostró un fracaso absoluto en trasladar esa exigencia al campo. El problema se agravó por el control deficiente del balón: el total de 20 pérdidas de balón registradas por Granada al final del partido indica que un volumen desproporcionado de errores se concentró en el inicio, justo cuando la presión del Breogán era máxima.

Tras el desastre inicial, Covirán Granada mostró una reacción tangible en el segundo cuarto, logrando ganar el parcial por 13-22, pero la magnitud del daño inicial era irreparable. El marcador al descanso (51-36) mantenía una diferencia de 15 puntos. Ramón Díaz resumió la situación con precisión al señalar que la desventaja de 25 puntos lograda en la Q1 «condiciona absolutamente todo el partido».

El Río Breogán utilizó el tercer cuarto (20-17) para reafirmar su control sobre el ritmo y el marcador. La prioridad táctica lucense era impedir que Granada se acercase a la barrera psicológica de los diez puntos, un objetivo que cumplieron eficientemente.

El Breogán mantuvo su efectividad ofensiva basándose en el volumen y la precisión del tiro exterior, finalizando con 15 triples anotados en 39 intentos (38% de acierto). Esta efectividad ofensiva se vio complementada por la profundidad de la rotación lucense, demostrando que la victoria fue producto de un «juego coral» y no de una dependencia singular.

El entrenador del Covirán Granada, Ramón Díaz, asumió la responsabilidad por la imagen ofrecida. Su declaración más contundente fue la solicitud de «perdón a la afición» , reconociendo que no estuvo «a la altura de lo que este club se merece».

Díaz lamentó profundamente el 38-14 inicial: «No podemos dar una ventaja de veinticinco puntos, que condiciona absolutamente todo el partido. Quitando ese primer cuarto hubiéramos ganado» . Este mensaje sugiere que el problema es profundo y excede lo puramente técnico, evidenciando una falta de «tensión defensiva». El llamamiento a la introspección fue claro: «Tenemos que cambiar muchas cosas y no mirarnos el ombligo y ver qué estamos haciendo mal para revertir esta situación».

La actual situación deportiva del Covirán Granada (0-5) no puede comprenderse sin atender las convulsiones estructurales y de planificación que rodearon al club este verano. El club rojinegro regresó a la Liga Endesa tras el rechazo de inscripción a otro equipo, confirmándose su plaza el 28 de julio de 2025.

Un factor crucial fue la marcha del técnico Pablo Pin, quien cerró un ciclo de 13 temporadas y cuatro ascensos históricos, llevando al club desde Primera Nacional hasta la ACB.
El presidente, Óscar Fernández-Arenas, lo calificó como su «mano derecha y parte de la izquierda», reconociendo la magnitud del vacío que dejaba en una estructura pequeña y familiar.

Para sustituirlo, el club apostó por Ramón Díaz, presentado oficialmente el 29 de julio de 2025.
El proyecto inicial para el técnico granadino estaba concebido con una hoja de ruta más lenta y progresiva, ya que la idea era que estaría dos años en Primera FEB para poco a poco hacerse un hueco en la ACB . Sin embargo, las circunstancias lo colocaron en la élite con un contrato de dos años en la categoría máxima.
Este ascenso en mitad del verano significó que ni el cuerpo técnico ni los jugadores han tenido el tiempo de adaptación necesario, un factor que la afición debe tener en cuenta.

El organigrama deportivo también sufrió cambios abruptos. Eloy Almazán fue nombrado nuevo director deportivo y fue presentado junto a Ramón Díaz. La dirección deportiva, al igual que el cuerpo técnico, tuvo que adaptarse rápidamente a un puesto de alta exigencia en la ACB, con la Liga Endesa a la vuelta de la esquina.

Esta situación influyó en las apuestas de fichajes. Un ejemplo de la mala suerte es el alero Travis Munnings, quien llegó con un cartel sólido para ACB tras brillar en Fuenlabrada con 8,8 puntos y 4,2 rebotes, además de su defensa y versatilidad. Sin embargo, su rendimiento actual no está resultando, promediando solo 1,5 puntos y 1,0 rebotes en los primeros partidos. Este tipo de apuestas fallidas subraya que la Dirección Deportiva también debe aprender y crecer en la categoría, como el resto del personal , que en origen fue seleccionado para abordar la ACB en dos años, no de forma inmediata.

El Covirán Granada, con su cuerpo técnico y jugadores en un proceso de adaptación acelerado debido a las circunstancias del ascenso, se enfrenta ahora a la dura realidad. El mensaje de los jugadores y 
staff debe ser internalizado que esta es la situación actual y la afición debe ser consciente de todo este contexto. No obstante, la gravedad de la situación, con el riesgo de «arrastrarse una temporada entera» en la cola de la clasificación, pone el foco sobre el presidente, Óscar Fernández-Arenas, y la urgente necesidad de tomar decisiones que reviertan la dinámica actual y definan la hoja de ruta competitiva del club.

La victoria del Río Breogán por 95-74 fue un triunfo basado en la ejecución táctica estratégica y una mentalidad competitiva superior . Luis Casimiro sale reforzado en su filosofía de juego colectivo.

Para el Covirán Granada, la derrota es un diagnóstico de crisis competitivo . Las 20 pérdidas de balón y la «falta de tensión defensiva» inicial revelan problemas de concentración y fragilidad psicológica. Ramón Díaz se enfrenta a la tarea urgente de reestructurar la mentalidad del equipo para inyectar la tensión competitiva que el Pazo evidencia que les falta.

El resultado 95-74 le otorga al Río Breogán una ventaja crucial de +21 puntos en el basket Average particular. Para el Covirán Granada, la derrota mantiene al equipo en el fondo de la tabla sin victorias (0-5).La disculpa pública de Ramón Díaz subraya la gravedad de la situación y la continuidad de las «malas sensaciones» obliga al club a una introspección radical para revertir la dinámica.

Ficha técnica:

95.- Río Breogán (38+13+20+24): Kook (8), Russell (11), Kurucs (6), Andric (6) y Shako (2) -cinco inicial– Brankovic (7), Apic (8), Francis Alonso (18), Dibba (9), Aranitovic (9), Mavra (10) y Erik Quintela (1).

74.- Coviran Granada (14+22+17+21): Rousselle (-), Valtonen (10), Thomas (7), Bozic (11) y Olumuyiwa (5) – cinco inicial – Hankins (3), Costa (12), Aurrecoechea (1), Munnings (9), Kljajic (10) y Burjanadze (6).

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