He visto varios debates sobre el físico y mente de los jugadores de hoy en día, por lo que he decidido expresar mi punto de vista a este tema tan importante como interesante.
A diferencia de hace 25 años, el deporte ha evolucionado, siento actualmente tan importante la técnica como la calidad atlética de los deportistas, con el plus de que ese físico les posibilitará el poder tener esa técnica y ejecutarla más rápidamente.
La preparación física se ha vuelto algo básico, si ya lo era antes para hacernos más resistentes, fuertes y rápidos, ahora más, con el gran y enorme trabajo que se realiza en la prevención de lesiones, es más, incluso se hace “trabajo postural”.
Lo de ir a correr horas y horas, machacar pesas en plan “aguanta el peso que te echen”, etc, pasó ya a la historia.
Hemos mejorado y mucho, la selección natural de los deportistas, hace que los jugadores más altos sean mejores, más coordinados y realicen movimientos casi impensables para cualquier 2’07-2’10 de hace unos cuantos años. Son capaces de driblar, tirar triples correr la pista con el balón o aguantar un 1×1 con un “pequeño” cara a la canasta.
Igualmente, esa evolución ha hecho seleccionar a un grupúsculo de jugadores mentalmente muy duro y maduro, las emociones se enseñan y se muestran en la pista, pero no afectan al juego, incluso últimamente jugadores cono Kevin Love o Alex Abrines han mencionado lo interesante y necesario que es abordar el tema psicológico sin tapujos y con normalidad entre los deportistas de élite.
Repasemos Jugadores de otras décadas, jugadores con un talento físico natural como Julius Erving, Michael Jordan, Wilt Chamberlain, Dominique Wilkins, o Fernando Martín (éste último por citar algún caso español), son jugadores que ya eran muy talentosos físicamente pero que posteriormente con trabajo desarrollaron más cualidades.
Hoy en día cualquier jugador medianamente talentoso, trabajará y será exprimido al máximo para lograr un absoluto y cercano al 100% diario.
Lejos quedan aquellos tiempos en que las exigencias eran objeto de reproche sin ningún objetivo o camino o plan a seguir.
Y he aquí lo más interesante y lo que daría para un debate serio y sin prejuicios:
¿Cuál puede ser un plan de mejora sin llegar al estancamiento?
Esa es una gran cuestión y la que más me interesa, tocar al jugador para seguir motivándolo a mejorar e incrementar su deseo y su hambre a la vez que conservando su amor por el deporte.
¿La máxima motivación es el dinero?
¿Hay algo más? ¿ La fama, el éxito…?
Cuándo acaba la confianza en un jugador, o se cree que ya no puede dar más de sí, cuestionándose si es que está mal entrenado o si es que el jugador posee algún bloqueo mental, alguien perderá diez minutos de su tiempo en cuestionárselo, llegando incluso a su defenestración , con la consabida etiqueta de “no sirve”, “es un vago”, “es un bluff”….
Será capaz el jugador de ver realmente en que situación está y poner esa parte de mirarse al espejo y saber realmente quién es, qué quiere y a dónde quiere llegar?
Por favor entrenadores, escuchad a vuestros jugadores, lo que dicen y lo que se callan, analizar sus actitudes, su lenguaje no verbal o cómo asumen sus frustraciones individuales y de conjunto.
Saber motivar, hacer que se autoperdonen sus errores y hacerles conscientes de que dichos errores son la mejor escuela de aprendizaje, es un deber y una de las competencias básicas que debe poseer un gran preparador.
“LA VIDA NO ES ESTABILIDAD, ES ANDAR EN EQUILIBRIO”