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El adiós más amargo: Bruno Savignani deja un vacío profundo en el corazón de Burgos

El adiós de Bruno Savignani al banquillo de San Pablo Burgos ha llegado en el momento más tormentoso después de dos derrotas con una imagen pobre y con un equipo que tiene la media de 97,5 puntos en contra por partido y 8 derrotas seguidas, con ese bagaje es complicado obtener una victoria, pero sin embargo deja un profundo dolor en muchos corazones que creyeron en su proyecto con devoción. Lo que parecía un camino claro hacia la consolidación en la élite, se torna en una despedida abrupta, cargada de decepción, dudas y nostalgia.

Savignani aterrizó en Burgos en julio de 2024 con la misión de devolver al club a lo más alto. Esa fe resultó en una campaña memorable: en 2024-25 condujo al equipo a ganar tanto la Copa España como el título de la Primera FEB, con un espectacular balance de 32-2, invicto en casa, y un grupo unido, competitivo y con hambre de victoria. El club celebró a lo grande: renovación de Savignani por dos temporadas, elogios del presidente y una afición entusiasmada por la identidad, las ganas y el estilo de juego que había recuperado.

Pero la sombra de la ACB es larga, y la transición no salió como esperaba. El arranque en la máxima categoría fue cuesta arriba, con un balance que no convencía, derrotas seguidas y un equipo incapaz de encontrar su nivel. El partido del 6 de diciembre de 2025 ante UCAM Murcia (88-110) fue el punto de inflexión y por eso entidad anuncia el cese de Savignani como entrenador.

Ahora, el silencio envuelve al Coliseum. Las gradas extrañan su figura, el vestuario busca reconstruirse y la ilusión (la que él ayudó a despertar) se tambalea. Para muchos, este desenlace duele porque no concluye una temporada cualquiera: termina un ciclo, un vínculo emocional, un sueño compartido. Savignani no solo dejó un ascenso y un doble título, dejó la convicción de que Burgos podía volver a creer.

Foto: ACB Media Center

Al mismo tiempo, ya circulan rumores en torno al futuro del club. Se apunta a Porfirio Fisac como posible sustituto en el banquillo. Además, el equipo podría moverse fuerte en fichajes: en los últimos días se ha confirmado la llegada de Ethan Happ como refuerzo interior, y según nuestras fuentes, podrían venir al menos tres fichajes más para reforzar distintas posiciones, dependiendo de que clase de jugadores se traigan vendrán menos debido a la construcción de la plantilla (el famoso problema de los cupos). De la misma manera, todo indica que el interior Silvio de Sousa dejará de formar parte del club en los próximos días, ya no formó parte de la última convocatoria y su adaptación al equipo ha sido bastante dificultosa.

Este desenlace provoca una mezcla amarga de sensaciones. Por un lado, hay decepción, tristeza, incredulidad. Por otro, queda la gratitud por lo que se vivió, por la identidad recuperada, por los triunfos, por la pasión compartida. Sea quien sea el nuevo entrenador, por duro que sea el golpe, la afición burgalesa (esa que no nos olvidemos, celebró el ascenso a las afueras del Coliseum al gritó “¡Bruno quédate!», por lo menos merece memoria, respeto, y sobre todo un nuevo amanecer para que el espíritu que él construyó no se pierda.

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