El pasado viernes 13 de Septiembre, el BAXI Ferrol salió a la calle para arrancar la temporada más ilusionante de su historia, con una fiesta en la que afición, cantera y primer equipo pudieron compartir con la ciudad el gran momento que está viviendo el club y donde no faltaron la música y las sorpresas. La más grande fue la presentación de la camiseta con la que el equipo hará su debut en competición europea, jugando la previa de la Eurocup los días 19 y 26 de este mes, contra la Polisportiva Battipagliese, y a través de la cual se recuerda al mítico OAR Ferrol, que hace 40 años llevó el nombre de Ferrol por Europa, clasificándose tres temporadas para la desaparecida Copa Korac, siendo la temporada 84/85 la última vez que un equipo de baloncesto ferrolano disputó una competición europea hasta la fecha.
Aquel Ferrol de los años 80 y primeros 90 vivía tiempos difíciles. El paro provocado por la reconversión de los astilleros abrió una herida que aún no ha terminado de cicatrizar en la comarca de Ferrolterra. En aquella oscuridad que envolvía a la ciudad, había algo que brillaba con luz propia en cualquier patio de colegio o parque donde hubiera una canasta. El baloncesto. Miles de personas abarrotaban el antiguo Pabellón de Punta Arnela y más tarde A Malata para participar de las gestas de un equipo humilde pero competitivo como pocos, el OAR, que era capaz de ganarle al Real Madrid, vigente campeón de la Recopa de Europa, o asaltar un recién estrenado Palau San Jordi y vencer al FC Barcelona en su propia casa.
En 1994, las dificultades económicas hicieron que el OAR no pudiera continuar regalando a la ciudad su luz y dejó a Ferrol con un vacío en el interior difícil de rellenar. Pero el baloncesto, como la energía, ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. Y sólo 3 años años después, en 1997, con la misma humildad y trabajo que habían hecho que el OAR llegara tan lejos, el UNI Ferrol empezó su camino para que la luz del baloncesto volviera a brillar con fuerza en la ciudad. Poco a poco, el club universitario ha ido creciendo sin parar, temporadas mejores, temporadas peores, pero lo más importante es que ha ido llenando el hueco dejado hace casi 30 años por el OAR y ha devuelto a Ferrolterra la pasión por su deporte, el baloncesto. El mismo brillo con distinta piel. La camiseta que presentó el viernes el BAXI Ferrol, dejando a un lado su color azul habitual y tomando el verde del OAR como propio, no es sólo un homenaje a tiempos pasados, es la demostración de que aquel OAR y este BAXI, no son si no la misma cosa. La constatación de que en ese rincón de la costa oeste, donde se acaba el mar, el baloncesto siempre brillará, con una piel o con otra.