Tras el parón por la Copa y las ventanas FIBA, había muchas ganas de Euroliga, también en Belgrado. El Partizán, que venía de perder la Copa Korac ante su eterno rival, salió muy motivado en su enfrentamiento con el Baskonia. Pese a la sanción que reducía en un 20% el aforo del Belgrado Arena, el ambiente seguía siendo impresionante.
Desde el inicio, Sterling Brown mostró el gran nivel en el que se encuentra, mientras que Pokusevski, jugando como ‘cuatro’, tenía buenos momentos, sobre todo incomodando en defensa con su envergadura. No obstante, Baskonia conseguía anotar con cierta facilidad gracias a su dominio del rebote.
La entrada de Tyrique Jones, sustituyendo a Davies, cambió ese factor. Su intensidad defensiva impulsó al equipo a jugar con mayor confianza en ataque y permitió a los locales cerrar el primer cuarto con ventaja en el marcador (25-18).
El segundo cuarto arrancó con la misma dinámica: canastas fáciles y control del rebote por parte del Partizán. Brown seguía brillando (13 puntos en 12 minutos), y a su exhibición se sumaba el acierto de un motivadísimo Marinkovic, que enfrentaba a su exequipo. La intensidad en ambos lados de la cancha impuesta por los hombres de Obradović dejó sin respuestas a un Baskonia incapaz de encontrar soluciones, tanto en defensa como en ataque.
El estado de gracia de Carlik Jones y el acierto de Marinkovic dispararon la diferencia hasta los 20 puntos, reflejando la total desconexión del equipo de Pablo Laso. Mucho debía cambiar en la segunda mitad para que los vitorianos pudieran soñar con la remontada.

El despertar de Baskonia
La segunda mitad comenzó con una alternancia de canastas. El Partizán redujo considerablemente su intensidad defensiva, un detalle que Baskonia supo aprovechar. Cabarrot, Samanic y, sobre todo, Rogkavopoulos empezaron a recortar distancias. Aunque Pokusevski seguía aportando en los dos lados de la pista, se empezaba a notar que los serbios no estaban tan finos.
Baskonia continuó encontrando vías para sumar puntos hasta que Markus Howard dinamitó el partido con dos triples consecutivos, metiendo de lleno a su equipo en la pelea. Lundberg también se unió a la causa con un triple sobre la bocina del tercer cuarto. Los vitorianos ofrecían una cara completamente distinta y el último cuarto prometía ser apasionante.
Nada más lejos de la realidad. Pese a la lesión de Markus Howard al inicio del último periodo, los errores constantes del Partizán mantenían vivas las esperanzas del Baskonia. Una y otra vez, los visitantes castigaban las imprecisiones de los serbios, que solo encontraban respuestas en Brown y Carlik Jones.
Sin embargo, la entrada de Tyrique Jones volvió a ser clave. Su energía y trabajo defensivo inyectaron aire fresco a los locales, y su esfuerzo lo culminó Isiaha Mike, firmando uno de sus mejores partidos de la temporada.
Baskonia aún tuvo una última oportunidad con Samanic recortando distancias, pero Mike sentenció con un triple que destrozó las aspiraciones visitantes, desatando la euforia de Obradović, su equipo y toda la afición del Partizán.
Resultado final: 86-73. El Partizán se acomoda en los puestos de Play-In.