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Golpe de autoridad de Valencia Basket en el OAKA

Los de Pedro Martínez golpearon donde más duele y salieron airosos del feudo más intimidante de Europa para colocar un brillante 9-5 en la clasificación, demostrando que su ambición en esta Euroliga no es pasajera.

El triunfo llegó pese a un contexto adverso: Xabi López-Arostegui y Braxton Key eran baja segura y Jean Montero no entró en la rotación tras regresar con molestia de los compromisos internacionales. Aun así, el técnico apostó por un inicio con Thompson, Moore, Taylor, Costello y Sako, un quinteto que no se achicó ante el estruendo del OAKA y que incluso marcó el primer golpe (3-8).

Panathinaikos tardó poco en responder. El triple de Juancho igualó el duelo y el talento de Nunn comenzó a desequilibrar. Con varias acciones consecutivas, el conjunto griego estableció su primera renta seria (18-11), obligando a Valencia a remar a contracorriente. Pero el esfuerzo defensivo mantuvo a los visitantes dentro del partido y el 22-19 del primer acto dejaba la puerta abierta a todo.

El acierto exterior no acompañaba a los taronja, pero el trabajo en su campo mantenía la estructura del encuentro. Cuando Pradilla y Puerto asumieron protagonismo, Valencia encontró oxígeno. Un triple del aragonés y un 2+1 del mallorquín acercaron el choque hasta el 32-31, y fue Badio quien, desde el perímetro, dio la primera ventaja seria del choque a los valencianos.

Panathinaikos reaccionó sin titubeos, otra vez con Nunn como faro. En apenas instantes, los de Ataman apretaron el acelerador y el duelo llegó al descanso con ventaja local: 44-38.

Lo mejor estaba por venir. La reanudación fue un despliegue de carácter visitante. El 0-9 de salida cambió el guion por completo y devolvió el control a Valencia. Lo que siguió fue un intercambio de golpes entre dos aspirantes sin miedo: cada canasta alteraba el liderato, cada defensa pesaba más que la anterior.

La madurez de los de Pedro Martínez se hizo visible al cierre del tercer cuarto, cuando se fueron cuatro arriba (61-65). No era un espejismo. Valencia había encontrado calma, ritmo y convicción.

El último cuarto fue el retrato perfecto de un equipo preparado para escenarios grandes. Con los exteriores enchufados y la defensa ganando duelos, los taronja estiraron la diferencia hasta el 65-75. El OAKA comenzó a rugir y Panathinaikos volvió a acercarse (70-75), pero ahí surgió la figura de Darius Thompson, autor de cinco puntos consecutivos que congelaron el pabellón y aliviaron a los suyos (74-82).

El golpe definitivo lo firmó Brancou Badio, infalible desde el triple, que amplió a +11 y dejó el triunfo a un paso. Ni el último arreón helénico ni los nervios finales alteraron el desenlace. La antideportiva señalada a Nunn tras el rebote sentenció el partido y el 79-89 se convirtió en una declaración de intenciones.

Valencia Basket se lleva así uno de los triunfos más contundentes y simbólicos de la temporada en la Euroliga, imponiéndose al campeón de Grecia en su coliseo y haciéndolo sin excusas, sin titulares clave y sin complejos. El mensaje es claro: este equipo quiere y puede competir con cualquiera.

El próximo examen llega el domingo, ante un Baskonia que ya toma nota.

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