Los Boston Celtics han logrado el segundo punto de la final de la NBA en su pista por 105 a 98. En un partido igualado los de Joe Mazzulla se llevaron el gato al agua antes de visitar la pista de los Mavericks este miércoles.
La gran defensa fue una de las claves de la victoria local ya que no estuvieron nada finos desde el triple (10 de 39) y tuvieron que tirar de casta y orgullo para sacar el partido adelante. El conjunto verde dispone de más recursos ofensivos que los de Jason Kidd y le están sacando provecho a ello.
Luka Doncic estuvo demasiado solo por el bando texano y a pesar de unas molestias en el tórax fue capaz de firmar un triple-doble anotando 32 puntos, capturando 11 rebotes y repartiendo 11 asistencias. Su lado oscuro fueron sus 8 pérdidas de balón, que le pasaron factura a su equipo. Tampoco Kyrie Irving tuvo su mejor noche quedándose en 16 puntos anotados. La seguridad de los Celtics desde el tiro libre (19 de 20) contribuyó a inclinar la balanza de la victoria hacia el lado local.
Por parte local Jayson Tatum también rozó el triple doble con 18 puntos, 9 rebotes y 12 asistencias. Jaylen Brown consiguió 21 puntos y 7 asistencias y el letón Porzingis aportó 12 puntos. Aunque el faro ofensivo céltico fue sin duda alguna Jrue Holiday con 26 puntos y 11 rebotes.
Con 2-0 en contra la final se antoja muy complicada para Doncic y compañía, que no podrán fallar en el American Airlines Arena y deberían sacar tajada en la vuelta al TD Garden. Tarea muy difícil visto el nivel de los verdes, que disponen de un colchón de seguridad difícil de revertir.
Boston busca su corona número 18 (no la ganan desde 2008) para poder convertirse en la franquicia con más títulos de todos los tiempos sobrepasando a los Lakers, que poseen 17.