Soy alto Soy pivot (Paranoias en las alturas)

No es fácil ser alto en un mundo hecho para gente estándar, eres objeto de miradas discretas e indiscretas, no pasas desapercibido, ya desde el colegio eres objeto de bromas, frases hechas como los clásicas como “¿qué tiempo hace por allá arriba?, “te comes un yogur y te llegará caducado al estómago”, “eres más largo que un día sin pan” o el peor “más alto que un pino, más tonto que un pepino”.

No hablaré de bullying, pero sentirse diferente al resto, y ser objeto de burlas te marca la existencia, incluso te retrae y te hace sentir que molestas en el cine al escuchar un “joder” al sentarte delante, y casi has de pedir disculpas, o colocarte detrás en un corrillo para no tapar al resto.

Pero…oh! El deporte, siempre el deporte, actividad física que se acabó convirtiendo en mi primera profesión.

!Cuánta gente alta se ha “salvado” de ser una mera “atracción” o algo exótico, entrando en un mundo de “semejantes”!

Y claro, eres alto, eres pivot, el jugador grande, el amo de la zona.

Desde jovencito te enseñan las habilidades que ha de tener un alto, más los talentos que tienes.

Pero los tiempos han cambiado, ser alto o muy alto ya no te limita a jugar en la zona, con la evolución física de las últimos décadas, ser alto ya no es sinónimo de ser patoso o descoordinado, hay jugadores por encima de los 2’10 con habilidades dignas de un base y coordinación de un chico de 1’80 mts.

Aunque con el cambio que ha habkdo en el juego, la tendencia es a “limpiar” la zona de jugadores y jugar abiertos, habilidades impensables hace 20-25 años cono tener un tiro solvente de 3 puntos y la amenabe de jugar un 1×1 desde 7 mts se han hecho indispensables para todo jugador.

Se supone que has de ser duro, agresivo, reboteador, hasta a veces tener cierta violencia en la pintura, el que entre, paga peaje.

Los entrenamientos diarios tanto individuales (llenos de movimientos de pies, jugadas de 1×1, rebotes y apartura del primer pase, ganchos, giros y tiros, cada día), como de equipo (bloqueos directos, indirectos, continuaciones, ganar posiciones, pases entre compañeros).

Otro clásico, y del que se habló en otro blog cuyo contenido me encantó, fue las pequeñas disputas entre los llamados “pequeños” y altos. Quejas de no me pasas el balón o “soy invisible” y cuando me lo pasas, me lo pasas mal; son clásico.

Siempre en un equipo ganador hay un pivot dominante que marca la diferencia.

Ser alto tanto para las chicas como para los chicos no es fácil como he dicho, pero ¿sabéis qué?. No lo cambiaría por nada del mundo.

Como dijo mi padre “en la vida chaval, se crece a base de golpes” y los altos lo sabemos bien, golpes con los marcos de las puertas, con la puerta del metro….doy fe.

baloncesto es un deporte de altos, para éso, como dice la gente “estamos más cerca de la canasta“.