Polémica en el post partido Súper Agropal Palencia – Movistar Estudiantes por material roto y el precio de las entradas.
Después del partido correspondiente a la jornada 9 de la Primera FEB entre Súper Agropal Palencia y Movistar Estudiantes se ha producido un revuelo en redes por varios asuntos extradeportivos.

El pasado lunes la cuenta de Instagram de San Millán Espectáculos (propietario de las pantallas) publicó varias fotos de las pantallas LED que rodean la cancha dañadas por algún miembro de la plantilla o cuerpo técnico del equipo madrileño.
Foto: IG San Millán Espectáculos.
También en redes sociales se pudo ver una foto de la grada supletoria donde estuvieron ubicados los aficionados de Movistar Estudiantes completamente rota.
Comportamientos totalmente fuera de lugar que no reprentan los valores del club estudiantil,directiva, jugadores, cuerpo técnico ni aficionados.
Foto: RRSS.
La afición del equipo madrileño durante el encuentro sacó una pancarta quejándose del alto precio de las entradas visitantes (25€), algo que enfadó a la afición local, ya que ambas aficiones, la Grada de Animación de Palencia y la Demencia de Estudiantes tienen buenas relaciones y compartieron previa en locales de la capital palentina.
Foto: RRSS.
Las entradas al igual que los abonos de Súper Agropal Palencia son altos para la categoría dicho por los propios aficionados palentinos. No es menos cierto que el precio es el mismo para los locales que para la afición visitante, que el club palentino tiene un pabellón de 1979 aunque reformado, de tan sólo 5.204 espectadores y se llena cada partido casi al 100%. Al igual que los abonos y entradas son parte importante del presupuesto de los palentinos ya que no tiene una multinacional de sponsor, los patrocinadores son locales y la ciudad no tiene millones de habitantes, ni un pabellón de 10.000 espectadores, lo que haría que las entradas y abonos pudieran ser más baratos.
También destacar que la mayoría de clubes de la categoría tienen las entradas visitantes entre 20€/25€. No deja de ser un espectáculo de ocio y no un bien de primera necesidad y cada club que funciona como una empresa privada hace lo que cree mejor para sus intereses.