El esperado duelo entre Partizan de Belgrado y el Barça cumplió su promesa de espectáculo y emoción. La historia añadía dramatismo: Kevin Punter, primer capitán extranjero de Partizan y pilar del equipo en las últimas tres temporadas, regresaba a la que fue su casa, donde ayudó a vivir una de las mejores etapas de la última década. Su homenaje, lleno de emotividad, fue el preludio perfecto para un partido que terminaría siendo una batalla intensa en cada posesión.
Desde el inicio, el Partizan quiso imponer su ley con una defensa férrea y una notable eficacia en el tiro exterior. Los de Zeljko Obradovic, amparados en una grada incondicional, castigaban a un Barça que comenzó algo blando en defensa, permitiendo que los locales se adelantaran 23-19 al final del primer cuarto.
En el segundo cuarto, la combinación de Davies y Poku mantuvo al Partizan en el marcador con potentes acciones ofensivas. Sin embargo, la entrada de Núñez en el Barça cambió el panorama: su dirección impulsó una mejora en el juego de ataque, mientras que Parker y Metu se convertían en referencias dominantes en la pintura. Los serbios, presionados y desacertados en sus intentos de juego estático, perdieron fluidez y empezaron a ceder terreno. El Barça aprovechó esta crisis defensiva del Partizan y, con Satoransky revitalizando el trabajo defensivo, sumado al poderío de Anderson y Jabari, consolidó su ventaja. Al descanso, el Barça se fue con una cómoda ventaja de 35-49 tras un segundo cuarto arrollador en el que anotaron 30 puntos.
La segunda mitad no comenzó mejor para el Partizan. El Barça, liderado por un inspirado Punter y Abrines, arrancó con un parcial de 0-8, obligando a Obradovic a pedir dos tiempos muertos en menos de cuatro minutos para frenar la hemorragia. Los azulgranas no aflojaron y llegaron a aventajarse por 24 puntos, en un ambiente que ya anticipaba un partido sentenciado.
Sin embargo, con el Belgrado Arena lleno y una afición que no dejaba de animar, el Partizan revivió. Las faltas acumuladas por el Barça y la irrupción de Washington, que hasta entonces no había brillado, acercaron a los locales en el marcador. El talento del sudanés Carlick Jones, junto a las acciones de Poku y Davies, hicieron que el Partizan recortara distancias hasta el 58-70 al término del tercer cuarto.
El último cuarto se convirtió en una demostración de talento y carácter. Los intercambios de canastas entre Jones y Punter subieron el nivel de intensidad en ambos bandos. La entrada del joven Bosnjakovic inyectó aún más energía al Partizan, y el público respondía con un estruendo ensordecedor en cada acción. Poku, con su envergadura y destreza defensiva, desestabilizaba el ataque del Barça. Y fue entonces cuando los triples —que hasta entonces se habían resistido— comenzaron a entrar: Ntilikina, Washington y Poku encendieron el Arena con tres aciertos consecutivos desde la línea de tres, acercando al Partizan a solo un punto (79-80) con apenas 1:25 en el reloj.
Cuando el balón más quemaba y el público rugía, la experiencia del Barça se hizo notar. Punter, con su habitual sangre fría, anotó un par de canastas decisivas que terminaron con las aspiraciones del Partizan. La cabeza fría y los recursos de los azulgranas resistieron los últimos intentos serbios, sellando una valiosa victoria en una de las canchas más difíciles de Europa.
FICHA TÉCNICA:
79 – Partizan Mozzart Bet (23+12+23+21): C.Jones (17), Bosnjakovic (6), Brown (10), Bonga (8), Tyrique Jones (6) -inicial- Lundberg (5), Davies (5), Ntilikina (3), Pokusevski (12) y Washington (7).
87 – Barça (19+30+21+17): Satoransky (2), Punter (18), Abrines (9), Parker (17), Vesely (12) -inicial-, Fall (4), Núñez (4), Anderson (7), Metu (10), Brizuela (4) y Parra (0).