
El Refitel Nadunet Llíria conquistó la difícil pista del Units pel Bàsquet Gandía (68-71) en un partido vibrante que contó con un espectacular desplazamiento de 500 aficionados edetanos, que convirtieron el pabellón de Gandía en una extensión del mítico Pla de l’Arc.
Kandulu impone su ley en el primer cuarto
El conjunto edetano comenzó el encuentro con las ideas claras, dominando la pintura gracias a la imponente figura de Kandulu, que se mostró imperial bajo los aros. La intensidad defensiva de los de Alejandro Mesa permitió abrir la primera brecha en el marcador con un parcial de 21-28 al término del primer cuarto.
Gandía reacciona con Duke
En el segundo cuarto, Llíria sufrió un preocupante bajón anotador que permitió a Gandía meterse en el partido. Víctor Rubio, técnico edetano, ajustó su defensa para frenar a Pleasant, pero entonces apareció Duke, que con su acierto exterior, junto a Cody, logró ajustar el marcador al descanso (33-36).
Intercambio de golpes con Rivas al mando
Tras el paso por vestuarios, el partido se convirtió en un auténtico ida y vuelta. Llíria intentaba romper el encuentro con ventajas mínimas de 6-7 puntos, con un inspirado Alejandro Rivas tirando del carro ofensivo. Sin embargo, la dirección de Ferrando permitió a Gandía mantenerse a flote y llegar con opciones al último periodo (51-55).
La magia de Víctor Pérez decide el derbi
Con las espadas en lo alto, el tramo final del encuentro estuvo cargado de emoción. Gandía alcanzó su máxima ventaja con el 66-61 a falta de 3’20 para el final, pero entonces emergió la figura de Víctor Pérez. Tras un intercambio de canastas, Pleasant erró un tiro clave a falta de 1’30, pero Kandulu capturó el rebote para dar una vida extra a Llíria. La jugada acabó con un triple desde ocho metros del capitán Pérez que silenció a la grada local y desató la locura en la afición edetana.
Con 38 segundos por disputarse, Gandía sacaba para ponerse por delante pero no consiguió mover de 68 puntos su marcador. Kandulu taponó el tiro de Pleasant y el balón cayó en manos de Víctor Pérez, que volvió a hacer su magia con una bombita para dejar el marcador en 68-70.
Una última jugada le quedaba a los de la Safor, pero el triple de Requena no entró y el rebote lo capturaron los visitantes, que aprovecharon uno de los dos tiros libres para dejar el definitivo 68-71 en el electrónico.
Llíria supo gestionar los últimos instantes con temple y selló una victoria que le permite seguir soñando con la parte alta de la clasificación, con una afición que demostró, una vez más, que el Pla de l’Arc puede trasladarse allí donde juegue su equipo.