Este pasado lunes 19 de agosto, el Partizan de Belgrado presentó a sus nuevos jugadores, generando gran expectación tras una renovación casi total de su plantilla. Nada menos que 14 caras nuevas se han unido al equipo diseñado por y para Zeljko Obradovic, la verdadera estrella del club. Desde la llegada del entrenador más laureado en la historia del baloncesto europeo, el posicionamiento del club no ha dejado de crecer, y esta será su tercera temporada consecutiva en la máxima competición continental.
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Para entender la magnitud de esta revolución, es necesario hacer un balance de lo conseguido y también de lo perdido. El proyecto original de Zeljko alcanzó su punto álgido en la temporada 2022-23, cayendo en los playoffs contra el Real Madrid. En aquel entonces, pocos hubieran imaginado que el equipo llegaría tan lejos, pero la evolución de jugadores como Avramovic, Lessort, Exum, Leday, Smailagic, junto a la estrella Kevin Punter y el jugador favorito de Obradovic, James Nunnally, sorprendió a muchos. Es cierto que contar con el mejor entrenador de la historia y jugar con el apoyo de más de 20,000 aficionados es una ventaja, pero rendir al 150% de tus posibilidades cobra factura, y es difícil mantener ese nivel de rendimiento.
Al finalizar la temporada, el equipo sufrió la salida de jugadores clave como Yam Madar (Fenerbahce), Dante Exum (Mavericks) y, sobre todo, Mathias Lessort(Panathinaikos). A esto se sumó el inesperado «NO» de Mirotic, quien cedió a las presiones de algunos sectores políticos y de la iglesia ortodoxa serbia. Todo esto provocó una planificación tardía y apresurada.
A pesar de las dificultades, el club logró fichar a jugadores procedentes de la NBA como JP Dozier y Frank Kaminsky, así como a Ponitka, un veterano de la Euroliga, pero su rendimiento estuvo muy por debajo de lo esperado. El equipo mostró claros signos de agotamiento físico y mental al final de la temporada. No lograron entrar en los playoffs de la Euroliga y, para colmo, fueron barridos en las finales de la Liga Adriática por su eterno rival, el Estrella Roja de Belgrado.
«Algunos jugadores no han entendido lo que significa este club», declaró un Obradovic visiblemente frustrado. Las salidas este verano de Punter y Leday, quienes jugarán separados por primera vez en muchos años, junto con las sorprendentes bajas de Smailagic, Trifunovic, Andjusic y Avramovic, pareciera dejar al Partizan con su talento nacional considerablemente mermado.
No obstante, de cara a la próxima temporada, el talento balcánico estará representado por Vanja Marinkovic, Aleksej Pokuševski y jóvenes promesas como Balša Koprivica, Mario Nakić, Mitar Bošnjaković, Arijan Lakić y Aleksa Dimitrijević.
En cuanto al resto de jugadores, poco hay que añadir sobre Brandon Davies, Iffe Lundberg y Tyrique Jones, bien conocidos en la Euroliga.
Sin embargo, merece la pena destacar a otros que podrían ser claves, como Carlik Jones, quien brilló en los recientes Juegos Olímpicos, e Isaac Bonga, un jugador polivalente que aportará energía en ambos extremos de la cancha. A ellos se suman nuevos fichajes como Duane Washington e Isiaha Mike.
El equipo se completa con el talento defensivo de Frank Ntilikina y la habilidad ofensiva de Sterling Brown, configurando una plantilla con un enorme potencial, pero también con un gran reto por delante: convertirse en un verdadero equipo y “no olvidar que juegan para el clubes más especial del mundo”. Palabra de Zeljko.