El Buesa Arena volvió a celebrar una victoria en la Euroliga. El Saski Baskonia firmó su primer triunfo continental de la temporada (92-85) ante el Dubai Basketball, en un partido intenso, irregular y cargado de simbolismo. Los de Paolo Galbiati, sin Markus Howard ni Forrest, supieron encontrar oxígeno gracias a la inspiración de Timothé Luwawu-Cabarrot (25 puntos), el temple de Kobi Simmons (16 puntos y 5 asistencias) y la energía de Khalifa Diop, dominante en la pintura desde el primer minuto.

Un ambiente enrarecido

La previa estuvo marcada por el ambiente. El conjunto visitante fue recibido con pitos por parte de la afición vitoriana, y la peña Indar decidió no acudir al encuentro en señal de protesta. “El Dubái no debería estar en la Euroliga, esto va solo de dinero”, era el mensaje que sobrevolaba en las gradas. En lugar del clásico lema “I Feel Devotion”, una pancarta colgada en el fondo rezaba “I Feel Confusion”, reflejo del malestar con la presencia del conjunto asiático en la competición.

En la pista, las ausencias también marcaron el guion: Howard y Forrest no jugaron, mientras que Sedekerskis y Kurucs, tocados físicamente, sí pudieron aportar minutos. En el lado visitante, Dubái llegó sin piezas clave como Musa, Jaiteh, Mason y Avramovic.

Dominio inicial con un Diop colosal

El Baskonia arrancó con autoridad. Diop impuso su ley bajo los aros, dominando el rebote y aportando puntos vitales (21-13, min. 8). A su lado, Spagnolo y Diakité se sumaban al acierto exterior ante un Dubái que dependía casi en exclusiva del desparpajo de McKinley Wright IV. Pese a que ambos equipos llegaban como los peores en porcentaje de triples de la Euroliga, los vitorianos parecían haber encontrado por fin su puntería (45 % en el descanso frente al 25 % visitante).

Bertans cambia el guion y el Dubái remonta

El conjunto de Jurica Golemac reaccionó en el segundo cuarto con un Davis Bertans en modo francotirador. El letón lideró un parcial que volteó el marcador (41-42 al descanso) y demostró que, pese a su pasaporte asiático, este equipo está plagado de veteranos con pasado en la ACB: Prepelic, Anderson, Sanli o Petrusev, entre otros.

El Baskonia, que había alcanzado los diez puntos de ventaja (35-25), perdió fluidez y cometió errores en transición. Sin pívot puro en pista, Bertans y Petrusev aprovecharon la coyuntura para castigar desde el perímetro y en el rebote ofensivo.

Luwawu-Cabarrot se enciende y marca el camino

La segunda mitad comenzó con sobresaltos. Dubái arrancó mejor (44-49), pero Simmons tomó la iniciativa y reactivó al Buesa con su velocidad. Entonces emergió la figura de Timothé Luwawu-Cabarrot, que desató su arsenal desde el triple. En apenas unos minutos, el francés anotó cuatro lanzamientos exteriores que devolvieron el mando a los vitorianos (64-60 al final del tercer cuarto).

La defensa baskonista mejoró y, aunque el rebote ofensivo visitante seguía siendo una amenaza, el equipo de Galbiati se mostró más sólido y confiado.

Del susto al respiro

El último cuarto fue una montaña rusa. Un triple de Sedekerskis abrió brecha (78-68, min. 34) y otro de Luwawu-Cabarrot (su quinto) pareció sentenciar el partido (86-71, min. 36). Pero el Baskonia, fiel a su irregularidad, volvió a sufrir. Bertans, Kondic y Petrusev redujeron la diferencia hasta el 88-85 a falta de medio minuto. La tensión se palpaba, el miedo a repetir errores planeaba sobre el parqué.

Fue entonces cuando los azulgranas mostraron madurez: Luwawu-Cabarrot y Simmons anotaron desde la línea de tiros libres y sellaron el 92-85 final, liberando un rugido contenido del público.

Alivio sin estabilidad

El Baskonia rompe una racha de seis derrotas consecutivas en Europa y se coloca con un 1-6 que sabe a esperanza. El trabajo de Diop, la recuperación del acierto exterior y el liderazgo de Luwawu-Cabarrot fueron las claves. Sin embargo, la falta de continuidad sigue siendo el gran problema: el equipo alterna tramos brillantes con otros de desconexión total.

El viernes, el Anadolu Efes visitará Vitoria, y será la oportunidad perfecta para comprobar si esta victoria ha sido un punto de inflexión o simplemente un espejismo.