
La particular manera del BAXI para llegar al éxito, convierte a este equipo en una «rara avis», en una sociedad cada vez más poblada de ególatras individualistas.En un mundo donde la solidaridad y la empatía con los demás se ven como actitudes débiles, surge el ejemplo de un equipo de baloncesto femenino, y de una afición, donde la palabra «yo» carece de significado y su fuerza brota directamente de la confianza en el grupo.
El poder del «nosotras»
Lino López siempre enfatiza que en su scouting el ítem «ser buena persona» está al mismo nivel que muchos aspectos del juego. En partidos como el disputado ayer por el BAXI contra el Ostrava checo, en la vuelta de la Eurocup a A Malata, es cuando se materializa en números esa idea «buenista».
Tan sólo 9 jugadoras del primer equipo, tras las bajas de Bego de Santiago y Gala Mestres, se están enfrentado a este exigente inicio de temporada. Pero cuando la fuerza está en el equipo y no en las individualidades, estas carencias numéricas son menos importantes.
El esfuerzo defensivo es compartido, y aunque todavía se ven desajustes, especialmente en la presión alta, que regalaron varias canastas fáciles a las visitantes, ya se pudieron ver situaciones más reconocibles cuando la posesión es del rival. También es de destacar el rebote ofensivo, llegando a capturar hasta 30, es verdad que apoyado en la superioridad física tenían las gallegas, pero que habla también de la actitud a la hora de buscarlo.
BAXI, de 0 a 100 en 9 jugadoras.
De igual modo, en ataque, es la generosidad de todas la permite que cada una sea determinante. En el partido de ayer cinco jugadoras estuvieron por encima de los 12 puntos y las 9 anotaron por lo menos 2 puntos. «Lay» Daniels con 19, Ine Joris y Moira Joiner con 17 y Blanca Millán con 16, fueron las más destacadas en ese aspecto. Los porcentajes de tiro, especialmente en triple, fueron muy altos, casi con un 43%, y un 50% en tiros de 2.
Pero el dato que mejor define lo vivido ayer en A Malata es que todas hicieron al menos una asistencia para un total de 32. Es la ausencia de egoísmo la que hace grande a cada jugadora. Es de destacar el papel de Claire Melia. Muy cerrada cada vez que recibía el balón, normalmente por hasta 3 jugadoras, su inteligencia y altruismo regalaba oportunidades a sus compañeras. Hasta 8 asistencias dio la pívot irlandesa.

Tan sólo 6 veces había conseguido el BAXI llegar a la cifra de los 100 puntos en su historia en partido oficial, 5 de ellas en LF2 y tan sólo un vez el Liga 1, antes el Quesos El Pastor Zamarat, el 30 de marzo de 2018, en la que anotó 110 puntos, en la última jornada de una liga que terminó con las ferrolanas semifinalistas de liga. Hace tan sólo 10 días que empezó la competición y el BAXI lleva 3 victorias, Valencia en Liga y 2 en Eurocup, Benfica y Ostrava y una única derrota contra Girona.
A Malata, una afición incondicional.
Otro de los valores de este club es sin duda una afición que nunca le da la espalda a su equipo. En los buenos momentos del equipo disfruta con él, y en los malos, no juzga ni acusa, se pone al lado y empuja. Puede enfadarse con el arbitraje, puede llegar a recriminar algún comportamiento a alguna jugadora o miembro del staff rival, puede incluso disgustarse por el exceso de calor o frío del pabellón, pero siempre protege a sus jugadoras. En A Malata no hay un «el equipo y la afición», el Uni sólo se entiende en plural, no en la suma de las singularidades. La identificación es total, la conexión máxima.
Parte de la culpa de esa identificación es tener a alguien de la casa a los mandos, un entrenador tan querido como Lino López, y la cercanía de todos los que componen el club y el staff. Y por supuesto, la presencia de las jugadoras de la cantera en la pista con el primer equipo siempre es el momento más especial para la grada. Contra Ostrava, a falta de un minuto, Moira Joiner provocó una falta para que pudieran entrar a pista Elena Baldonedo e Irene Somorrostro, que debutaba en competición oficial con el primer equipo. Sin duda ambas se llevaron la ovación más cerrada de la noche, con las más de 1.400 personas que había en la grada en pie.
Es cierto que el momento que está viviendo el club es inmejorable, pero no fue diferente cuando las cosas vinieron mal dadas hace años. En A Malata, como ocurría antes en Esteiro, se recibe y se despide con respeto al rival, y al BAXI se le aplaude mucho si lo hace bien, y si lo hace mal, más.