Caitlin Clark se ha llevado de forma clara el galardón a Mejor Rookie del año en la WNBA. No es nada sorprendente viendo el impacto de la jugadora en la liga en su primer año y acaparando 66 de los 67 votos emitidos para el premio.

El otro voto se lo ha llevado su «archienemiga» Angel Reese, pero Clark era claro que se llevaría este premio de forma más que merecida. Sucede en el premio a la también jugadora de Indiana, Aliyah Boston y se ha mostrado muy agradecida por el premio, destacando la labor de todos los que le han apoyado desde su llegada a la competición.

Como toda «crack» espera que en el futuro los resultados de las Indiana Fever sean mejores y puedan optar a lo máximo en la WNBA.

Este primer año ha sido titular en los 40 partidos del equipo con unos promedios dignos de una gran jugadora: 19,2 puntos, 8,4 asistencias, 5,7 rebotes y 1,3 robos. A esto se sumaban récord tras récord para una novata además de reventar las audiencias tanto televisivas como en los propios pabellones.

Posee en este primer año en la competición el récord de asistencias de la WNBA en una temporada (337) y la mejor marca de siempre para una rookie en anotación (769 puntos) y triples (122). Además fue titular en el partido de la estrellas y mejor novata del mes en cuatro meses. Además fue la primer jugadora de primer año en lograr un triple doble en la competición (dos concretamente) y batir el récord de asistencias en un partido de la WNBA, dando 19 asistencias ante Dallas.

El balance de su equipo al final de la Fase Regular fue de 20 triunfos y 20 derrotas, y en Playoff poco pudieron hacer ante las Connecticut Sun, que les barrieron por 2-0 en la eliminatoria.

Estamos ante una estrella de talla mundial que tiene pinta de batir todos los registros conocidos hasta la actualidad. De momento ya tiene su trofeo de «Rookie» del año.