Eran los claros aspirantes al campeonato y al final lo han demostrado. Campo Atrás no erró en el pronóstico. Una vez pasada la criba del Sweet 16 y Elite 8 ya tenemos los cuatro programas universitarios que se jugarán el título en la ciudad de San Antonio. Por segunda vez en la historia de la NCAA – la primera fue en el 2008 con Kansas campeón-  los cuatro cabezas de serie (Auburn, Duke, Houston y Florida) se cuelan en la gran Final Four.

El único programa del ramillete de los elegidos que parece intratable para resolver sus partidos ha sido Duke, que ha apalizado incluso a toda una Alabama (65-85) en el Elite 8. Se enfrentará a la temible Houston, la mejor defensa del país. Los de Sampson llegan también muy en forma, tras vencer claramente a Tennessee por 69 a 50. Será la séptima final four en la historia del programa. Esta vez podría ser la vencida. En ataque el trío Cryer, Uzan y Sharp mantendrán en liza a los Cougars.

Pero en Durham poseen el mejor ataque nacional. Y a su estrella freshman Cooper Flagg, que quien lo vea jugar nunca pensaría que se torció gravemente el tobillo hace apenas unas semanas. Primera Final Four y prueba de fuego para Jon Scheyer, el sucesor del mítico Coach K. Los Blue Devils ya están muy acostumbrados a la presión y todos los focos los alumbrarán. Se huele partidazo.

Por otro lado en la otra semifinal Auburn se medirá a Florida. Los de Bruce Pearl parecen favoritos, aunque esto nunca se sabe. Les costó superar a la siempre correosa Michigan State (64-70), y su estrella Johni Broome no defraudó aportando 25 puntos y 14 rebotes. Los Gators disponen de un gran backcourt para hacerles frente, liderado por un jugadorazo como Walter Clayton Jr. Gozan de una gran capacidad de reacción cuando el panorama se les pone muy oscuro. Por poco los apean del baile Uconn y Texas Tech. Saber lo que es pasarlas moradas es un ventaja en esta cita. Y curiosamente las apuestas los dan como favoritos a ellos en la semifinal.

¿Cuándo? Las semis darán el pistoletazo en la madrugada del sábado al domingo para dar paso a la gran final en la madrugada del domingo al lunes. El escenario será un ampliado Alamodome con capacidad para más de 70.000 espectadores.