En una noche de martes en la que la afición respondió al llamado, el Monbus Obradoiro firmó una nueva victoria —ya van once consecutivas— al imponerse por 82-70 al HLA Alicante en el Multiusos Fontes do Sar. Un triunfo que tuvo más brillo del que sugiere el marcador, construido sobre un segundo cuarto imponente y una intensidad defensiva que, cuando apareció, resultó asfixiante. Todo ello sin Balvin, aún convaleciente, y con un Larsen enfrente que exigía soluciones tácticas desde el minuto uno.

Arranque convincente

El partido arrancó con intercambio de golpes. Faggiano, eléctrico, dio el pistoletazo de salida con cinco puntos consecutivos, pero el Alicante no tardó en responder con triples y juego interior, aprovechando la corpulencia y talento de Larsen. El primer cuarto fue un vaivén de canastas que desembocó en un 21-19 que reflejaba la igualdad y el ritmo frenético con el que ambos equipos saltaron al parqué.

Pero todo cambió en el segundo acto. Con Larsen en el banquillo para tomar aire, el Obra se desató: un parcial de 12-0 desató la tormenta. Micovic, letal desde fuera, encendía a la grada con sus triples, mientras la defensa picheleira se convertía en un muro.

El Alicante se atascaba, y aunque su técnico Perelló trató de frenar la sangría con tiempos muertos, poco podía hacer ante un rival que volaba en transiciones y cerraba el aro propio con uñas y dientes. Seis triples en el cuarto, más de uno al contragolpe, y un parcial de 28-11 que sentó las bases del triunfo. Al descanso, el 49-30 dejaba claro quién mandaba en Sar.

Acción de juego del Monbus Obradoiro- HLA Alicante / Foto: Adrian Baulde

Lejos de relajarse, el conjunto dirigido por Félix Alonso regresó del vestuario con la misma intensidad. Otro parcial de 7-0 en el arranque del tercer cuarto ponía el 56-30. Stevic dominaba a Larsen con ayudas rápidas y una defensa pegajosa, Brodziansky aportaba en ataque y Quintela sumaba desde la línea de tiros libres. Alicante apenas encontraba opciones, reducido a chispazos aislados de Kacinas o algún destello de King. El tercer acto se cerraba con un rotundo 70-43 y un Sar que ya celebraba.

Último cuarto para olvidar

Pero el baloncesto, a veces, tiene memoria corta. Y cuando el Obradoiro levantó el pie del acelerador, el Alicante aprovechó para sacar pecho. En el último cuarto, liderado por Rodríguez y con Larsen nuevamente en pista, los visitantes recuperaron sensaciones. El Obra, entre pérdidas de balón y desconexiones defensivas, permitió que la diferencia se redujera hasta los once puntos a falta de poco más de un minuto. El tiempo muerto de Félix Alonso, el segundo en apenas unos minutos, fue más un mensaje que una pausa: no hay victoria segura hasta que suena la bocina.

Al final, el 82-70 dejó cierto sabor agridulce. La victoria fue merecida y el grueso del partido, notable. Pero el último cuarto fue un aviso para los jugadores. A Sar no le gusta la relajación. Aplaude, sí —como hizo con Barcello al cometer su quinta falta—, pero exige a los suyos hasta el final.

La próxima parada será en Fuenlabrada, en otro choque de altos vuelos. El Obradoiro llegará con la moral intacta, pero con la lección bien aprendida: los partidos se ganan minuto a minuto, cuarto a cuarto.

Ficha técnica

(82) Obradoiro: Faggiano (10), Quintela (3), Davison (6), Stevic (6), Brodziansky (6), Galán (12), Micovic (15), Millán Jiménez (2), Nacho Varela (11), Barcello (5) y Álvaro Muñoz (6).

(70) Alicante: King (4), Rodríguez (13), Kacinas (12), Nwema (9), Larsen (14), Aris (4), Bressan (6), Rosa (2) y Álex López (6).

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