
La cuarta jornada de la Euroliga dejó una auténtica lección de baloncesto en el Movistar Arena, donde el Real Madrid impuso su ley ante un Partizan de Belgrado que, pese a su reacción final, nunca llegó a mandar en el encuentro. El conjunto dirigido por Sergio Scariolo dominó durante tres cuartos con autoridad, aunque acabó sufriendo más de lo esperado para cerrar el partido (93-86).
Desde el salto inicial, el Real Madrid mostró sus intenciones: defensa asfixiante sobre la línea exterior serbia, especialmente sobre Carlik Jones, bien controlado por un activo Andrés Feliz. En ataque, los blancos explotaron su superioridad interior con un Edy Tavares totalmente desequilibrante, que castigó una y otra vez la pintura rival. La fluidez ofensiva y la excelente rotación de balón generaron tiros cómodos desde el perímetro, lo que permitió abrir una primera brecha en el marcador (24-12 al final del primer cuarto).
El guion apenas cambió en el segundo cuarto. El Madrid siguió dominando ambos lados de la pista con una intensidad constante. Sin embargo, con la entrada de Bruno Fernando, Partizan comenzó a sumar con algo más de consistencia, impulsado por un Carlik Jones que parecía despertar. Aun así, la defensa blanca seguía siendo un muro, y en ataque, la circulación del balón continuaba castigando a los serbios.
Željko Obradović, visiblemente frustrado, no dejó de mover el banquillo, dando incluso minutos al debutante conocido como “Slim Jesus”. Pese a ello, los triples de Vanja Marinković y las acciones de calidad de Sterling Brown evitaron que la diferencia en el marcador alcanzara cifras escandalosas. El Madrid, sin embargo, volvió a llevarse el cuarto (28-21), mostrando un control total del encuentro.
El arranque del tercer cuarto trajo una pequeña reacción visitante. Jabari Parker firmó unos minutos brillantes y Partizan mejoró la circulación ofensiva, firmando un parcial de 16-7 que obligó a Scariolo a reajustar. El técnico italiano respondió moviendo su inagotable banquillo y acertó de lleno con la entrada de Théo Maledon, que cambió el ritmo del partido. El base francés fue clave atacando el aro y dividiendo la defensa serbia, desbordada una vez más.
El vendaval blanco continuó con un Hezonja eléctrico que, con varias acciones espectaculares, devolvió la máxima diferencia en el marcador. Jabari Parker, brillante en ataque, fue un lastre atrás: su floja defensa permitió que el Madrid volviera a despegarse definitivamente.
Sin embargo, el último cuarto cambió de forma drástica. El buen hacer de Jabari Parker en ataque impulsó a su equipo, que empezó a mostrar una energía renovada en defensa y a encontrar ritmo en ataque. El Madrid se vio sorprendido por la intensidad del rival, y fue entonces cuando apareció un Duane Washington desatado, que firmó 11 puntos consecutivos y metió de lleno a Partizan en el partido. Los blancos, por primera vez, se pusieron nerviosos, pero el talento volvió a imponerse: Tavares, Maledon y un grandísimo Trey Lyles, decisivo en ambos lados de la pista, sostuvieron al equipo en los momentos más críticos para sellar una victoria sufrida (93-86).
El Real Madrid sigue mostrándose como uno de los equipos más sólidos de esta Euroliga, aunque esta vez acabó pidiendo la hora ante un Partizan que mostró orgullo y carácter. Obradović, pese a la derrota, puede marcharse con buenas sensaciones tras la reacción final de los suyos, liderados por Parker y Washington.
Ficha Técnica
REAL MADRID: Feliz (2), Kramer (-), Deck (6), Okeke (14) y Tavares (19) –quinteto inicial–; Campazzo (2), Llull (3), Maledon (16), Lyles (17), Hezonja (12), Fernando (2) y Garuba (-).
PARTIZÁN DE BELGRADO: Brown (8), Bonga (5), C. Jones (10), Parker (23) y T. Jones (5) –quinteto inicial–; Washington (11), Lakic (-), Marinkovic (13), Muurinen (-), Osetkowski (11), Pokusevski (-) y Bosnjakovic (-).