Helena Pueyo juega actualmente en el Casademont Zaragoza, equipo de Liga Femenina, tras haber debutado profesionalmente en 2024. Su trayectoria comenzó en el club Segle XXI, donde destacó en su formación, promediando 13 puntos, 3 asistencias y 2 robos por partido, lo que evidenció su potencial y habilidades en la cancha. Tras su etapa en Segle XXI, Pueyo amplió su experiencia en el baloncesto universitario con las Arizona Wildcats, consolidando su desarrollo como jugadora de élite.

A nivel internacional, Pueyo ha tenido una destacada participación en las selecciones inferiores de España, donde ha cosechado importantes logros, como una medalla de plata en el Campeonato de Europa U18 de 2018 y un tercer puesto en el Campeonato Mundial U19 de 2019. En 2023, su creciente relevancia en el baloncesto español se vio reflejada al ser seleccionada para preparar el Eurobasket, lo que augura un futuro prometedor tanto para ella como para la selección nacional.

Foto: Arizona Wildcats

«Soy una persona empática, creo que siempre me pongo en el lugar de las otras personas. Siempre intento ser, bueno, soy muy sincera, siempre me gusta decir cómo me siento y cómo estoy. Soy una persona súper competitiva dentro del baloncesto y fuera. Me gusta competir siempre, sea donde sea y no me gusta nada perder«, Helena Pueyo

¿Cómo fueron tus inicios y cuáles fueron los factores que te llevaron a decidir ir al Segle XXI? ¿Cómo describirías la experiencia de ese programa de formación en tu desarrollo como jugadora?

Mi hermano mayor, que tengo dos hermanos, empezó a jugar antes que yo y a mí siempre me había gustado mucho. En el colegio siempre había sido una niña que le gustaba hacer muchos deportes; me gustaba mucho jugar a fútbol también. Y al final, como con mi hermano jugaba, decidí apuntarme y desde ese momento, con cuatro años, hasta ahora sigo aquí.

Después en la época de formación vino el Segle XXI. A mí me llamaron antes de lo que fui, pero dije que no dos veces, básicamente por miedo, por ese miedo de salir de casa. Yo era muy joven, tenía 13 años y yo no me veía fuera de casa, nunca salía de casa. Al final, también quería seguir compitiendo en los campeonatos de clubs de España y poder ir a todos estos campeonatos. Entonces, me esperé y hasta que no acabé la ESO no fui. Después si lo hubiera sabido antes, me hubiera ido antes, pero no me arrepiento de nada. Me gustó tanto estar en mi casa como luego irme. Creo que fueron unos años, pues eso, de formación, de formarme. Es un programa de formación de alto nivel, de lo que te enseña y te ayuda para poder llegar a esos pasos superiores. Lo que me ayudó a estar donde estoy ahora es eso, es seguir poco a poco, formarte poco a poco y centrarte sobre todo en esos detalles que te pueden ayudar a ser una gran jugadora.

¿Cuáles fueron los mayores retos/desafíos que enfrentaste en tu época de formación?

Hubo un punto de desafío. Al ser junior, juegas contra jugadoras que son bastante más mayores que tú, pero eso te ayuda a dar pasos hacia adelante. Creo que eso fue también el entrenar mañana y tarde. Básicamente la dedicación que le pones al día a día y de estar todo el día con el baloncesto y de hacer lo que te gusta.

¿Qué experiencias significativas te llevaste de tu tiempo jugando con las Arizona Wildcats? ¿Qué factores influyeron en tu decisión final al elegir la Universidad de Arizona sobre otras opciones?

Sabes, la verdad que al final fue todo un poco confuso porque vienen tantas universidades, ahí va todo a lo grande y es muy complicado, que no te sabes decidir. Yo en ese proceso, con la ayuda de mi familia, visitamos algunas de esas universidades y creo que fue lo mejor que pude hacer para decidirme. Al final decidí dos y fui a verlas; de esas dos me quedé con una que fue Arizona. Es muy complicado, pero Arizona creo que ha sido una de mis mejores decisiones.

Yo cuando entré estaba muy nerviosa pero porque no sabía mucho inglés, yo me iba a ir con todo. Poco a poco, al final, con todos los años, yo creo que lo que más me marcó al final es la gente. Entrenas muchísimas horas, cinco horas al día, sí, pero yo creo que al final eso en alguna etapa de tu vida te viene bien, además siendo joven, para que luego en retos más desafiantes puedas estar tú al cien por cien. Entonces yo creo que eso fue lo que más me marcó.

Hubo entrenos que hacen mil repeticiones, muchísimas horas, que eso yo creo que al final es lo que te hace ser tú en el momento más alto de lo que es la competición. Yo recuerdo muchos entrenamientos de querer parar, de querer llorar porque no podía más, pero bueno, ahí sigues, sigues, sigues y haces todas las repeticiones que haga falta hasta que te salga bien, hasta que lo haces y yo creo que eso al final es lo más importante para luego dar ese paso a lo profesional. Creo que a muchas jugadoras les ha pasado esto, a mí me pasó, pero yo he estado súper contenta, he tenido suerte de tener a muchos entrenadores, además el estilo que tenían era un estilo europeo y me gustó un montón y he estado súper contenta, cada año más, cada año me ha ido gustando más, la cultura, bueno, todo.

¿Alguna vez sentiste que había una gran presión en torno a tu futuro en el baloncesto?

El momento en el que más presión sentí fue en mi cuarto año o mi quinto año de universidad. Yo tenía la opción de quedarme un año más por lo del COVID o no, entonces yo creo que ese año fue cuando cuanta más presión tuve, tanto porque no sabía si me iba a volver a España, como por la gente que no sabía si me iba a volver, dónde iba a ir, qué iba a hacer de mí… Ese año y el último yo creo que fueron los que más presión sentí porque era como vale, ahora ya acaba, qué va a ser de ella, dónde va a ir, dónde va a estar su nivel, dónde la vamos a poder posicionar, todo eso, entonces yo te diría que sobre todo el último año más. Pero yo siempre estaba centrada en lo que estaba haciendo en ese momento, intentaba no escuchar mucho y centrarme en mí.

¿Cómo viviste el momento del draft y qué significó para ti haber sido seleccionada, especialmente considerando tu decisión de quedarte un año más en el equipo?

El momento en el que me draftean fue algo súper especial, algo que yo no me esperaba para nada y al final, lo he dicho también muchas veces que la opción de quedarme un año más, que fue el quinto año, pues era básicamente para poder tener más oportunidades y darme otras salidas y al final, pues pude ser drafteada y eso era algo que a lo mejor no se me pasaba por la cabeza. Fue un momento súper especial, estaba con mi equipo, llamé a mi familia… Fue algo que solo ha pasado una vez en la vida y se me va a quedar para siempre, muchísimos sentimientos y es súper bonito.

¿Qué factores específicos te llevaron a decidir fichar en Casademont Zaragoza, y cómo ves el desarrollo del equipo y del proyecto a corto y largo plazo?

Estuve hablando con bastantes proyectos, bastantes equipos y al final creo que Casademont ha estado trabajando en el proyecto que están haciendo muy bien, sobre todo en estos últimos años. Creo que han ido de menos a más y al final eso es a mí lo que más me llamó la atención. Y después un poco por tema plantilla, donde me veía yo mejor de posición y también estando Mariona, que siempre ha sido una jugadora que yo he visto mucho. También estaba aquí Nerea, que es una de mis mejores amigas y me contó un poco sobre cómo iba el club, cómo iba todo el equipo y al final, eso es lo que más me gustó y decidí quedarme aquí. A día de hoy pienso que es un proyecto que lo está haciendo muy bien y que está haciendo pues eso, pasito a pasito para poder ir hacia arriba.

¿Cómo ha sido tu proceso de adaptación al baloncesto en España en comparación con tu experiencia en la liga universitaria?

Yo creo que aún estoy adaptándome, obviamente, pero ha ido mucho mejor de lo que yo me esperaba. A ver, la liga universitaria es un baloncesto mucho más físico y como mucho más técnico también. Y creo que al final, llegar aquí es como el básquet más europeo, es como que puedes correr más y tal. Al final es algo de lo que yo echaba mucho de menos y por eso ahora estoy súper contenta y estoy disfrutando mucho aquí en España. Cada baloncesto tiene sus cosas, al final todo es baloncesto. No ha habido nada de lo que yo no me esperaba. Yo estando aquí en España con toda la gente soy feliz, sobre todo con la afición aquí en Zaragoza, que es espectacular, y que mi familia ahora están súper cerca.

¿Cuáles son tus expectativas y emociones para la Copa de la Reina en Zaragoza?

Lo que más ilusión me hace, lo que más me llama, es la Copa de la Reina, pero porque además es aquí en Zaragoza y me han hablado súper bien de cuando se hizo. Que fue espectacular, hubo un montón de gente, el ambiente… Quiero ganarla, pero también sentir el vivir una Copa de la Reina aquí en casa. Lo que dicen es que es eso, espectacular. A ver si podemos conseguirlo.

¿Cómo ha sido el proceso de alcanzar tu meta de debutar con la selección?

Para mí una meta que tenía desde pequeña era poder debutar con la selección, ha sido ahora y estoy súper contenta. Meta a largo plazo te diría jugar unas Olimpiadas que es otro sueño que tengo yo. Pero bueno, yo ya con haber llegado hasta donde estoy, estoy hiper contenta, no satisfecha, pero porque yo siempre aspiro a más y a más y a más. Y ojalá que todos esos sueños de las Olimpiadas lleguen porque significaría poder mantenerme en esta dinámica de poder estar en ese grupo de 12 o 15 jugadoras de la selección.

¿Cómo crees que el baloncesto femenino está cambiando y qué papel crees que juegan las nuevas generaciones de jugadoras en este movimiento?

Yo creo que están viniendo súper fuerte, creo que es algo que se necesita también. Yo, por ejemplo, siempre digo el ejemplo de que yo he vivido mucho de lo que es Alba Torres desde hace muchos años. Entonces al final es muy bonito poder ver en un mismo equipo lo que es el pasado, presente y futuro, que al final todas somos aquí ahora, pero que las más jóvenes venimos con mucha fuerza para poder en el futuro conseguir muchísimos logros. Y eso al final es lo que creo que está marcando ahora, creo que es súper bonito que muchísima gente joven pueda mantenerse en esta liga y poder dar el nivel que está dando.