IDK llegaba a A Malata como 1 de los 5 mejores equipos de la competición, y durante los 40 minutos confirmó que su posición en la clasificación no es casualidad. Dos triples de Paige Robinson y uno de Itziar Ariztimuño daban una ventaja de 7 puntos en un disputado primer cuarto, en el que el desacierto del BAXI, incluso en tiros muy cómodos, recordaba al inicio del noviembre de la temporada pasada. En el equipo local debutó el último fichaje de las ferrolanas, la ex de Celta y Estudiantes, la francesa Clementine Samson.

El juego interior del IDK mandaba en la pintura, dominando el rebote defensivo y tan solo el bajo porcentaje en tiros de dos de las visitantes, mantenía a las ferrolanas en partido al descanso, cayendo por 9 puntos, que tras un 7 de 25 en tiros de 2 y un 2 de 7 en triples, era la mejor de las noticias para las navales. En 20 minutos habían anotado unos pobres 25 puntos.

BAXI empieza a plantar cara a IDK en el segundo tiempo

A la vuelta del descanso las entrenadas, todavía, por Lino López, empezaron a igualar la intensidad en el juego interior. El rebote ya era más disputado y Blanca Millán, Ine Joris y Moira Joiner, respondían a los 5 puntos de Paige Robinson con los que arrancaba el tercer cuarto el IDK, dejando la diferencia en 4 puntos (35-39), la menor desde el 0-3 inicial. Tras dos tiros libres anotados por Lara González llegó la primera jugada que empezó a oscurecer el ambiente en A Malata.

El arbitraje reclama su cuota de pantalla

El arbitraje hasta ese momento no había sido el principal tema de conversación en la grada de A Malata. Es cierto que la afición ferrolana es una afición caliente, de las que no duda en discrepar con gran volumen si considera que las decisiones arbitrales no son acertadas, o como poco, no responden a sus intereses. Pero preocupaba más la falta de acierto del Uni, las dificultades para frenar el tiro exterior de las vascas o los problemas para coger rebotes.

Así en uno de los mejores momentos del BAXI en todo el partido, con la grada muy metida por la posible remontada, la jugadora de IDK, Khadiya Faye se encara con Dalayah Daniels, tras un forcejeo entre ambas en zona de ataque del BAXI, sancionado con falta de la senegalesa. La situación se resuelve con una técnica doble para las jugadoras implicadas y otra para Lino López, que en el lado contrario de la pista, sale de su área técnica para protestar por la acción de la pívot de IDK. A la grada le costó entender que una reacción exagerada de la jugadora de IDK terminara con 2 técnicas para el equipo local y un tiro libre en contra, pero sobre todo, costó entender la desproporcionada gestualidad del colegiado Pol Franquesa hacia el entrenador local para pedirle que volviera a su banquillo.

El IDK resiste con buen juego la presión ambiental…

Desde ese momento, los decibelios en el pabellón aumentaron, el equipo local seguía con su juego mejorado, pero IDK era capaz de responder a cada ataque de las locales con solvencia. Robinson, la mejor de las visitantes, respondía con un triple al triple de Joiner. Ejim no era capaz de parar a Claire Melia, que a pesar de jugar enferma por una infección de las amígdalas, no paraba de sumar para su equipo acciones positivas, con las que finalmente lograría el primer MVP de una jugadora irlandesa en la primera femenina, y logra poner la diferencia en 3 puntos (42-45). Pero, Roso Buch, Lara González y especialmente Hannah Jump, con 3 triples consecutivos, vuelven a llevar la diferencia a los 9 puntos.

…pero el BAXI insiste, envuelto en «a maxia» de A Malata…

En Ferrol el baloncesto no se entiende de otra manera que no sea el apoyo incondicional a su equipo. «A maxia» de A Malata es magia blanca y se sostiene en 3 ingredientes. Cánticos y palmas en cada ataque local, ruido en cada ataque visitante y fiesta en cada parón y final de partido (mucha más cuando se gana, pero sin escatimar en la derrota). En el último encuentro disputado en A Malata antes de la ventana, en la que CAB Estepona pasó por encima del Uni, los cánticos de «esto es Ferrol» y una ovación final cerraron el partido.

En ese ambiente estaba el equipo local remontando punto a punto, hasta que a falta de 4:28 para el final del encuentro, un triple de Daniels pone al BAXI de nuevo a 4 puntos. En la siguiente jugada, un tapón de la misma sobre Faye, es castigado como falta de la norteamericana.

…hasta que todo se rompe…

Lino López se echa las manos a la cabeza, y sin dudarlo, el árbitro principal Juan Ramón Hurtado, mismo colegiado que expulsó al entrenador ferrolano, hace un año en Maloste, con dos técnicas consecutivas al final del tercer cuarto, lo sanciona con la segunda técnica y lo expulsa del partido. De repente toda la atención de los casi 1.500 aficionados presentes en A Malata se centran en el trío arbitral. La reacción del «coach» no fue especialmente desproporcionada, y la expulsión parece más provocada por una reacción impulsiva de quien, por ser quien se encarga de impartir justicia, más debería ser capaz de mantener la calma de todos los actores que conforman un partido de baloncesto.

Los gritos de «fuera, fuera» eran ensordecedores y la tensión iba en aumento. Más aún cuando de nuevo el colegiado Hurtado vuelve a llamar al delegado de campo, que sin duda tuvo mucho más trabajo que habitualmente, para dar un aviso a Javi Masager, «speaker» de A Malata, tras haber intervenido éste durante los tiros libres de Faye, momento en el que no está permitido usar la megafonía.

…y «a maxia» dio paso al caos.

Tras una canasta de Blanca Millán y un tiro libre de Faye anotados, con la diferencia en 5 puntos a falta de 2:08, de nuevo Daniels y Faye serían las protagonistas en la siguiente acción. En una entrada de la de Seattle que termina en canasta, un contacto con la senegalesa es pitado como falta en ataque por el colegiado Pol Franquesa. La quinta personal de «Lay» no queda ahí, que tras la protesta, el mismo colegiado la sanciona con la segunda técnica.

Después del tiro libre de Paige Robinson, que conseguía su punto 21, el árbitro principal vuelve a llamar al delegado para comunicar la decisión que terminó por enterrar la magia e instaló un clima simplemente de tensión.

Con el balón parado, en manos del cuerpo arbitral, previo saque de banda de IDK, con las jugadoras yendo hacia sus posiciones en campo propio de IDK, y con la grada gritando «manos arriba, esto es un atraco», Javi Masaguer dice «imos A Malata», ante lo que Hurtado decide expulsarlo de la cancha. Una decisión difícil de entender, mucho más después de haber vivido ya 4 técnicas, con 2 expulsiones en los 2 minutos anteriores.

Momento en el que el delegado informa a Javi Masager que está expulsado.

El IDK cerró un partido, que dominó en todo momento, con las canastas de «Zeta» y Faye, en una pista complicada como visitante. El BAXI fue capaz de competir, pero bien por errores propios, bien por decisiones arbitrales controvertidas, no lo suficiente para poner en riesgo la victoria de las vascas, a pesar del triple de Karla Erjavec, a falta de 38 segundos, que ponía el marcador final 66-71.

Estadísticas del partido

Un arbitraje sin recursos que robó algo más importante que una victoria.

Pero por desgracia ni unas ni otras fueron las que centraron la atención en el final del encuentro. Por encima de errores puntuales en las apreciaciones técnicas, comprensibles en una labor tan complicada como el arbitraje, una pésima gestión de las sanciones disciplinarias, en un encuentro en el que quizás tan sólo la reacción de Faye, tras el lance con Daniels, puede considerarse fuera de los límites de lo deportivo, generaron un clima totalmente alejado de lo que suele ser una jornada de baloncesto en A Malata.

Una actitud poco dialogante, como recalcó Lino López en rueda de prensa, con exceso de impulsividad en la toma de decisiones, que les llevó a pitar 5 técnicas y la expulsión del «speaker», enrareció un ambiente en una afición, a la que el propio club quiso agradecer su apoyo en un comunicado al día siguiente del partido, «ejemplar y respetuosa, a la que una excepción individual no puede manchar su apoyo constante», en alusión a un aficionado que fue identificado al dirigirse a los árbitros al final del encuentro.

En ese contexto, el trío arbitral solicitó la presencia de la policía nacional para abandonar el pabellón, quizás comprensible desde su punto de vista, pero que terminó de oscurecer definitivamente un encuentro entre dos grandes equipos, al ver como niñas y niños y sus familias debían ser desalojadas del pabellón, en el momento en que estaban hablando con las jugadoras en la cancha, como después de cada encuentro. Un hecho sin precedentes y que ojalá no se vuelva a repetir, ya que por supuesto, la seguridad de ningún visitante a A Malata está amenazada en un partido del Uni Ferrol.

Así terminó un día triste en A Malata, en la que lo de menos, fue la derrota.