Lágrimas de alegría en Boston. Y es que desde el año 2008 no saboreaban las mieles del triunfo los Boston Celtics.

Después de dominar la NBA (64-18) y aplastar a todos sus rivales de conferencia, para más de uno valió la pena abonar ayer los 1.700 dólares por una localidad en el TD Garden para disfrutar del  campeonato tras 16 años de sequía. 4-1 y se cumplió la infalible estadística de que es imposible  remontar un 3-0 en las finales. 

Los locales tuvieron el partido controlado en todo momento pese a los nervios iniciales. Para ello contaron con un volcán verde entregado desde el primer minuto de juego.  Una dura defensa y varios contraataques seguidos propulsaron a los locales con un brillante parcial de 9-0 para cerrar el primer cuarto con la moral por las nubes (28-18).

La diferencia al descanso (67-46) era prácticamente definitiva, y a partir de ahí los Celtics ya no miraron atrás. Hasta Porzingis hizo un sobresfuerzo a pesar de su lesión y aportó su  granito de arena para lograr la victoria. El juego colectivo de los de Joe Mazzulla fue espléndido  siendo muy superiores a su rival.

Jaylen Brown ((21 puntos, 8 rebotes y 6 asistencias) fue el MVP de la final haciendo justicia a su brillante actuación en la serie, incluida una pegajosa defensa a Luka Doncic que maniató al esloveno (muy desacertado esta noche a pesar de sus 28 puntos) en momentos clave.

Jayson Tatum fue el máximo anotador del partido con 31 puntos repartiendo 11 asistencias. Ambos pudieron redimirse de haber llegado 5 veces a las finales del Este sin recompensa después. No obstante, sin quitar méritos a ningún celtic, la aportación de Jrue Holiday a ambos lados de la pista ha sido absolutamente clave, como diría Ramón Trecet, para la obtención del  campeonato.

Con este anillo los Celtics se convierten ahora en la franquicia con más campeonatos NBA (18), uno más que su eterno rival, Los Angeles Lakers.

Doncic, por su parte, se quedó con el «premio de consolación» de ser el primer jugador NBA de la historia en liderar los Play-offs en puntos, rebotes, asistencias y robos de balón.  Kyrie Irving abandonó la pista a 2’37» del final y se rindió a la supremacía verde felicitando a sus rivales uno por uno. Bonito detalle del base de Duke pese al comportamiento hostil de la afición verde hacia él. 

Otra de las anécdotas de la final fue otro estratosférico triple de Pritchard desde más allá de medio campo. Increíble la puntería del base de la universidad de Oregón, capaz de lograrlo dos veces en la serie.