
Michael Joseph Connelly es un joven jugador norteamericano que está en España jugando en el equipo de Tercer FEB del Lucentum Alicante bajo las órdenes de un viejo conocido como es Kostas Vasileaidis.
Su historia es digna de contar porque al revés que muchos jugadores nacionales ha decidido hacer el camino inverso y venir a España antes de dar el salto al baloncesto universitario americano y es por ello que queremos saber de él y que nos cuente su versión.
Gracias a Ionut Georgescu, Director Técnico de HLA Lucentum Alicante y coordinador de la Lucentum Basket Academy y del Lucentum Basketball HUB tenemos el placer de charlar con el joven Michael.
Juan Antonio Rodríguez (JA) – ¿Qué tal, Michael? ¿Cómo te encuentras y cómo va tu adaptación a España? ¿Te ha gustado la cultura de nuestro país? ¿Y cómo va ese español?
Michael Joseph Connellu (MJ) – Estoy muy bien. Siento que mi adaptación al estilo de vida español ha sido mucho más fácil de lo que esperaba. Le doy mucho mérito a mis compañeros, entrenadores y a toda la gente del club. Siempre han sido muy atentos con cualquier duda que he tenido y me han apoyado en todo momento. Creo que la cultura es increíble, y poder vivir directamente el estilo de vida español y probar los platos típicos ha sido una experiencia muy bonita para mí.
Mi español mejora constantemente. Intento practicar en pequeñas conversaciones con mis compañeros y con la gente en la calle. Algunas experiencias han sido mejores que otras, pero disfruto mucho la oportunidad de estar en un país donde el inglés no es la lengua principal, porque me obliga a salir de mi zona de confort y hacer cosas que nunca había hecho.
JA – A pesar de tener ofertas de la NCAA, decidiste venir a España para formarte antes de dar el salto. Viendo que muchos jugadores españoles hacen el camino inverso, ¿Qué te llevó a tomar esta decisión?
MJ – Tomar esta decisión no fue nada fácil porque, siendo sincero, no estaba completamente seguro de lo que me esperaba. Sabía que una oportunidad así quizá no volvería a presentarse y que podría jugar en la universidad al año siguiente mientras era observado por entrenadores y ojeadores de todo el mundo.
Me parece increíble que el baloncesto ofrezca a los jugadores la oportunidad de competir en distintas partes del mundo. Creo que ambos estilos —el americano y el español— tienen muchas cosas positivas y comparten muchos aspectos. Los jugadores españoles suelen tener éxito en Estados Unidos porque llegan muy bien preparados. El baloncesto español está muy bien valorado por su eficiencia, intensidad y por lo atractivo que es de ver, y estoy totalmente de acuerdo tras experimentarlo cada día estos últimos meses.
JA – ¿Cuáles son las mayores ventajas de vivir en España y jugar en una estructura europea a una edad tan joven?
MJ – Creo que es una gran ventaja y una bendición poder vivir la cultura española y las tradiciones que ofrece el país. Me gusta intentar comunicarme en español aunque todavía no sea muy bueno. A la gente siempre le interesa saber por qué estoy en Alicante. Muchas veces soy el primer estadounidense que han conocido, lo cual me parece increíble.
Jugar dentro de una estructura europea me ha permitido madurar mucho como jugador. En Estados Unidos dependía de mi creación de juego y mi tiro para destacar entre otros bases. Poder combinar esas cualidades con el IQ de un base español ha elevado mi juego a otro nivel. Jugar con compañeros inteligentes, que saben cuándo cortar o correr en transición, realmente me ha ayudado a crecer como generador.
JA – ¿En qué se diferencia la rutina diaria, el estilo de vida y el nivel de competición respecto a lo que imaginabas antes de venir?
MJ – Sinceramente, no imaginaba nada antes de llegar porque no sabía mucho del país. Elegí no investigar demasiado sobre Alicante porque quería aprender y experimentarlo por mí mismo. Eso me permitió llegar con la mente abierta y salir de mi zona de confort.
Muy pronto supe que iba a enfrentarme a algunos de los jugadores más físicos del mundo y me aseguré de preparar mi cuerpo adecuadamente. Durante el verano hice cambios drásticos en mi dieta, mi condición física y mi fuerza para no ser una desventaja. No quería que los jugadores veteranos pensaran que podían aprovecharse de mí defensivamente. Por suerte, hasta ahora soy yo quien inicia la mayoría de los contactos, y disfruto mucho de esa fisicidad porque me recuerda a jugar en el patio con mi hermano, donde los árbitros no existían.

JA – ¿Qué objetivos te has marcado este año en Alicante y qué crees que puede aportarte esta experiencia antes de comenzar tu etapa en la NCAA? ¿Crees que aumentará tu visibilidad cuando regreses a Estados Unidos?
MJ – Mi principal objetivo este año en Alicante es mejorar constantemente. Quiero mirar atrás y sentir que soy mejor jugador y mejor persona. Quiero ser más inteligente, más fuerte, más consistente y aún más seguro de mí mismo que cuando llegué. Quiero que mis compañeros y entrenadores tengan un gran concepto de quién soy dentro y fuera de la pista.
Siempre me he considerado una persona de alto carácter y quiero que todos los que he conocido en este camino sientan lo mismo. Antes de viajar a Alicante tuve una conversación muy seria con mi tío Dan sobre qué esperar y cómo afrontar mentalmente el año, y me insistió en tratar todo como un profesional: mi dieta, mis horas de sueño, mi atención al detalle, mi lenguaje corporal y mi carácter en general. El mensaje principal fue no dejar nada sobre la mesa y aprovechar una oportunidad tan grande, y siento que lo he hecho, aunque también creo firmemente que todavía tengo otro nivel por alcanzar.
JA – Con una familia tan conectada a la NBA —como tu padre Joe o tu tío Tim—, ¿no te aconsejaron quedarte en EE. UU., o te animaron a dar este paso?
MJ – Con una familia tan experimentada y exitosa en el mundo del baloncesto, me animaron mucho a seguir este camino. Mi familia ha estado por toda Europa ojeando y evaluando talento desde que tengo memoria. Mi tío Tim me lleva diciendo desde pequeño que estudie a distintos bases de la Euroliga.
Todos creían que el baloncesto español era perfecto para mí porque se ajusta muy bien a mis virtudes como jugador. Pasé muchas horas en verano con mi padre preparándome a fondo para este estilo de juego, centrándonos en bloqueos directos, en mi condición física y en mis decisiones con el balón.
Tener una familia tan familiarizada con el baloncesto europeo me ayudó muchísimo a prepararme mentalmente para lo que venía, y estoy muy agradecido de estar rodeado de tanto conocimiento. Todos ellos han logrado hacerse un nombre en casi todos los aspectos del baloncesto. El único en el que no han estado es siendo jugadores. Ni Tim ni mi padre me han ganado en nada relacionado con baloncesto en más de seis años, a pesar de ser muy competitivos. Ninguno de mis tíos fue un jugador talentoso, así que disfruto mucho poder llevar el apellido de la familia de esta manera.

JA – En este inicio de la temporada tus números te avalan y eres uno de los jugadores destacados del equipo de Tercera FEB. ¿Cómo te sientes en el equipo siendo un jugador joven compitiendo contra veteranos, y qué te pide tu entrenador, Kostas Vasileiadis?
MJ – Me encanta jugar contra jugadores veteranos porque se puede aprender muchísimo de ellos. Disfruto de la presión constante sobre el balón porque me ayuda a aceptar lo que implica ser el base del equipo y trato de usar mis fortalezas para contrarrestar su experiencia. No dejo que su edad o experiencia me intimiden; disfruto atacándolos y tengo total confianza en mí mismo y en mis compañeros. Quiero dejar claro desde el principio que estoy dispuesto a afrontar cualquier situación o desafío que me planteen jugadores rivales o entrenadores.
Jugar para el coach Kostas ha sido increíble para mi desarrollo, porque sé que estoy siendo entrenado por alguien que fue profesional de élite durante más de dos décadas. Después del primer entrenamiento me apartó y me dijo directamente que me iba a exigir constantemente y a ponerme en situaciones incómodas para hacerme mejor. Lo agradezco mucho, porque para eso vine. Tener a alguien así, totalmente transparente, con esa experiencia y que me exija tanto, es realmente una bendición.
JA – Para quienes no te conocen, ¿Qué tipo de jugador es Michael y en quién te inspiras para mejorar día a día? ¿Alguna referencia, ya sea de Estados Unidos o de la Liga Endesa?
MJ – Para quienes no me conocen, soy un base con mucho IQ, un creador de juego de alto nivel y un generador de tiros. Me considero un “big guard” por mi altura, cuerpo y fuerza. En el instituto me comparaban mucho con Jalen Brunson porque ambos somos zurdos, muy técnicos y con un estilo fuerte y agresivo. Siempre lo tomé como un gran cumplido porque Brunson ha sido uno de mis jugadores favoritos desde la universidad.
Desde que estoy en España, intento modelar mi juego según los grandes bases de la Euroliga, como Facu Campazzo, Mike James y Tomas Satoransky. Mi jugador favorito de la Euroliga es Nadir Hifi. Tuve la oportunidad de conocerlo y aprender de él cuando fue a Estados Unidos para jugar la NBA Summer League con los Timberwolves. Ver lo creativo y eficiente que es pese a ser uno de los más pequeños en la pista es algo que admiro muchísimo.
JA – Formas parte del proyecto Lucentum Basket Academy. ¿Qué nos puedes contar de un programa que reúne a 29 jugadores de diferentes países?
MJ – Este programa me ha permitido interactuar directamente con muchísimos jugadores y entrenadores de todo el mundo. El baloncesto es realmente un deporte global y es increíble ver tantas culturas unirse gracias a su pasión por el juego.
A través de la academia he podido tomar clases de español diariamente en el Colegio Elcano, lo que ha sido muy beneficioso desde que me mudé a Alicante. Me parece impresionante cuántos jugadores de la academia hablan varios idiomas de forma tan fluida. Creo que soy la única persona que solo habla un idioma, así que eso me motiva a tomármelo muy en serio y priorizar mis estudios de español.
JA – ¿Cómo te ayuda ser parte de esta academia, tanto a nivel deportivo como académico?
MJ – Formar parte de esta academia me ayuda a conectar y construir relaciones con entrenadores, directivos y jugadores de todos los rincones del mundo. Poder tomar las clases de español que la academia organizó para mí me hace sentir como si me estuviera convirtiendo en un ciudadano más de Alicante.
Además, priorizan muchísimo mi desarrollo como jugador con trabajo de gimnasio, entrenamiento de habilidades y psicología deportiva. Todos los aspectos se toman muy en serio y está demostrado que beneficia a todos los jugadores de la academia.
JA – Muchas gracias Michael por tu tiempo y que sepas que en Campo Atrás seguiremos muy atentos tus evoluciones y tu futuro ya sea en Europa como en Estados Unidos.




