Muchos aficionados se siguen preguntando cómo Dan Hurley pudo rechazar la jugosísima oferta de entrenar a Los Angeles Lakers embolsándose 70 millones de dólares por 6 temporadas. La negativa del técnico se ha visto por la prensa norteamericana como una humillación para la marca Lakers y ha dado mucho que hablar. 

Independientemente de los líos en Hollywood con Lebron James, su hijo metido a calzador, el impuesto de lujo, el fracaso deportivo de los últimos años o las necesidades de limpieza en el vestuario púrpura en esta ocasión hay que ver la situación desde una perspectiva norteamericana y no europea. Y me explico:

Desde Europa se tiende a ver a la NCAA como una fábrica “amateur” de jugadores NBA sin tener en cuenta, debido a la casi nula repercusión mediática y escasa audiencia (exceptuando un poquito el March Madness, aunque con la eliminación mundial de la aplicación ESPN Player ya ni eso), el enorme impacto del deporte universitario en la sociedad norteamericana.

Los datos hablan por sí solos. Hay que tener en cuenta que el partido de baloncesto más visto del año en Estados Unidos suele ser siempre uno del March Madness, como la gesta heroica de Saint Peters contra Purdue en 2022 o el UConn contra San Diego State de 2023 (superando en audiencia al séptimo partido de la serie Celtics-Heat) por poner algunos ejemplos. El sentimiento que tiene el norteamericano medio por su universidad en el plano deportivo es más difícil de entender para un europeo. Tú puedes ser fan de cualquier equipo profesional, pero tu universidad se lleva muy adentro para toda la vida.

Y por ello para el bueno de Dan Hurley, oriundo de New Jersey, entrenar a los Huskies es lo máximo. Llegó al campus de Storrs (Connecticut) en 2018 tras haber pasado por las universidades de Wagner y Rhode Island. Este año para él ha sido de ensueño, ganando 37 partidos consecutivos, el título de la Big East, el galardón de entrenador del año y como colofón el campeonato nacional por segundo año consecutivo barriendo de la pista a todos los rivales con una contundencia nunca vista en los últimos años.

No está entre sus planes buscar la alfombra roja de Hollywood pero sí el estar junto a todos sus fans, seres queridos y sobre todo intentar la conquista de un tercer título universitario consecutivo, una hazaña sólo al alcance de la mítica UCLA de Lew Alcindor en los setenta con todo un legendario John Wooden en el banquillo.

Los banquillos universitarios están muy bien pagados. Hurley está percibiendo la nada desdeñable cifra de 5,25 millones de dólares al año, sólo por detrás de vacas sagradas colegiales como Bill Self (Kansas) o Tom Izzo (Michigan State). Los Lakers le ofrecían casi 12. Pero él prefiere ser entrenador de College Basketball. Y sin ningún jugador, por bueno que sea, que decida por encima de él.