
El ascenso de San Pablo Burgos en 2024-25 fue un canto al optimismo: con un aplastante dominio en la LEB Oro (32 victorias y solo 2 derrotas) regresó a la élite con autoridad, despertando esperanzas renovadas entre sus aficionados. Pero arrancar en la ACB siempre supone un salto de exigencia: rivales más físicos, ritmo más intenso y defensas más castigadoras, además que el más que visible problema de cupos de este año en la liga. Tras 8 jornadas disputadas en esta 2025-26, el balance arroja luces (especialmente en ciertas facetas ofensivas y de juego colectivo), pero también sombras profundas que explican por qué Burgos hoy lucha por la permanencia, metido en un desanimo cada vez más grande. En este artículo se busca diseccionar con datos y mi opinión dónde está, hacia dónde puede ir, y si se tiene lo que hay que tener para sobrevivir.

Tras las primeras jornadas de la temporada 2025-26, las estadísticas muestran un contraste claro entre la producción ofensiva y la fragilidad defensiva del equipo, lo cual dificulta la obtención de victorias:
- El balance oficial del inicio temporada ACB 2025-26 (tras 8 jornadas) muestra que el equipo ha arrancado con dificultades en resultados, pero compitiendo en todos ellos (Exceptuando la primera parte de Valencia y el partido último ante Breogan), pero la inexperiencia y los nervios le han hecho llevar 7 derrotas seguidas, alguna de ellas dolorosas como las de casa ante Zaragoza y Andorra, especialmente esta última.
- Su jugador clave respecto a números ha sido Jhivvan Jackson según el registro de minutos y puntos por partido en la ficha ACB, pero como se ve no es suficiente.
- Según los datos de rendimiento colectivo, el equipo tiene:
- Puntos anotados por partido: 86/87 p.p. (lo que hace una producción ofensiva aceptable para un recién ascendido).
- Puntos encajados por partido: 95/96 p.p. (Es la de la cifra más altas de la competición en contra, por lo cual da casi igual los puntos que hagas).
- Asistencias: 17/18 p.p. (lo que a simple indica buena circulación).
- Rebotes totales: 37 p.p. (Que no es malo pero no he añadido las perdidas de balón o errores no forzados)
- Eficiencia en tiros de campo aproximada: 48/49% por contra sus rivales encima del 52% en muchos choques (síntoma de menor efectividad).

¿Por qué el puente entre LEB y ACB aún no se cierra?
- La Defensa colectiva es mejorable
La ACB castiga cualquier relajación: Burgos permite demasiadas penetraciones y lanzamientos liberados, lo que se traduce en casi 96 puntos encajados por partido. Es un número que revela problemas de comunicación (cambios y ayudas), posicionamiento y, en ocasiones, desgaste físico que el rival explota con transiciones. El ejemplo reciente del partido ante Río Breogán (105–78) ilustra la facilidad con la que equipos de media tabla les han abierto el aro. - Eficiencia ofensiva insuficiente para compensar la fragilidad atrás
Producir 86–87 puntos no alcanza si el rival anota 95–100. Además, el porcentaje de tiro de campo y la conversión en los momentos decisivos están por debajo de lo que exige la liga. Burgos genera asistencias y circulación, pero muchas posesiones no terminan en tiros de alto valor o acaban en pérdidas. - Pérdidas y rebotes ofensivos recibidos
Las pérdidas en momentos claves (varios partidos con picos de pérdidas) y el mal cierre del rebote defensivo (porcentaje de rebotes defensivos por debajo de la media) permiten segundas oportunidades para los rivales y transiciones rápidas: una combinación letal en ACB. - Dependencia de actuaciones puntuales
Aunque jugadores como Jackson aportan, falta una batería de secundarios que mantengan el ritmo cuando las estrellas no están finas. La profundidad de plantilla y la contribución del banquillo deberían ser claves o se seguirán hundiendo.

Qué y cómo mejorar:
- Construir una identidad defensiva inmediata: implantación de sistemas de ayudas, control intensivo del pick & roll rival, cerrar la línea de triples y énfasis en la disciplina de faltas.
- Reducir pérdidas y mejorar selección de tiro: ejercicios de toma de decisión en transición, trabajo en bloqueo directo para generar ventajas claras y mayor lectura del extra-pass.
- Reforzar el rebote defensivo y el balance tras tiro: sesiones específicas de box-out, rotación de jugadores más físicos en momentos clave y concienciación colectiva en el 0-2 segundos tras tiro.
- Mayor implicación del banquillo: repartir responsabilidades, dar minutos de confianza a perfiles que aporten energía y defensa, y no solo puntos.
Si el cuerpo técnico consigue esos tres o cuatro puntos, la producción ofensiva (ya de por sí presente) podrá ser la palanca que evite que el aficionado piense en el irremediable descenso.

Por lo que ahora el club afronta una fase con partidos contra equipos de niveles variados donde los choques directos contra rivales de la parte baja serán fundamentales para sumar victorias valiosas. Siendo igual de importante los datos antes mencionados contra equipos potentes que den con la receta de defensa, control de pérdidas y eficiencia en el tiro. Sin esos ingredientes, la ACB no perdona y no espera a nadie. Moralmente, una victoria convincente cambiaría la dinámica. Por eso urgencia y corrección técnica son ambas necesarias.

Posiciones que el San Pablo Burgos debería reforzar
Sin menospreciar el trabajo del club, sólo analizando los datos de rendimiento colectivo y los déficits detectados en estas primeras jornadas de ACB, hay varias posiciones cuyo refuerzo podría resultar determinante para elevar el nivel competitivo del equipo:
1. Pívot defensivo / Interior de impacto físico
La ACB es una liga con interiores muy físicos, que producen mucho desde el poste y generan ventajas constantes. Burgos está sufriendo en:
- Cierre del rebote defensivo,
- Presencia intimidatoria,
- Protección del aro,
- Duelos físicos en el juego interior.
El equipo necesita un pívot con capacidad atlética, que asegure rebote, intimide y sea capaz de aguantar emparejamientos duros. Un perfil tipo “rim protector” o incluso un interior móvil de 5 a 10 minutos de intensidad podría cambiar la defensa colectiva.
2. Ala-pívot versátil (4) que aporte rebote y tiro exterior
El puesto de “4” moderno es clave en ACB: muchos equipos lo usan para abrir la pista, castigar desde el triple o castigar en el rebote ofensivo. Burgos está recibiendo daño desde ahí porque:
- Los rivales encuentran tiros liberados desde el pick & pop,
- Falta físico para cerrar segundas oportunidades,
- Cuesta emparejarse con interiores móviles.
Un ala-pívot con tiro exterior fiable, buen rebote defensivo y movilidad ayudaría a equilibrar cinco posiciones, cerrar el aro y mejorar la amenaza ofensiva en las esquinas.
Conclusión: Prudencia y esperanza, pero en el campo no debe haber excusas
El Burgos que arrasó en la división de plata tiene ingredientes para competir: carácter, liderazgo individual y cierta fluidez ofensiva. Sin embargo, la ACB exige reciclaje defensivo y regularidad: si el equipo no cierra su rebote, reduce pérdidas y endurece su defensa colectiva, la permanencia será una quimera. Mi lectura es optimista si el club es capaz de tomar medidas tácticas firmes en las próximas semanas; si no, la temporada puede convertirse en una lucha permanente por evitar los puestos de descenso. La historia reciente demuestra que Burgos sabe reconstruirse, ahora toca demostrarlo en la pista, jornada a jornada.





