La Segunda FEB 2025-26 arranca con más expectación que nunca. Esta tercera categoría del baloncesto español se ha consolidado como un campeonato de altísimo nivel, con proyectos sólidos, históricos que buscan recuperar su lugar en la élite y equipos emergentes que llegan con ilusión desbordante.

El formato competitivo, que ya el curso pasado demostró su eficacia para mantener viva la emoción, vuelve a repetirse: los 28 equipos participantes se dividen en dos conferencias, Este y Oeste. Cada grupo coronará a un campeón, que se medirá en una eliminatoria directa por la primera plaza de ascenso a Primera FEB. Los clasificados entre el segundo y el octavo puesto disputarán playoffs que repartirán las otras dos plazas.

Por abajo, la noticia es positiva para muchos: la FEB ha reducido de seis a cinco los descensos. Los dos últimos de cada grupo bajarán de forma directa, y los equipos que acaben 12.º en cada conferencia jugarán una eliminatoria para salvarse. Este cambio rebaja un poco la tensión, aunque no elimina el drama de la zona baja, donde cada victoria valdrá oro.

Con este contexto competitivo, el verano ha sido frenético en los despachos. Muchos equipos cerraron plantillas a mediados de agosto, priorizando el trabajo en pretemporada, mientras que otros apuraron hasta el final. El resultado: una categoría donde se cruzan la tradición, los bloques consolidados y la ambición por ascender.


El gran favorito: Class Bàsquet Sant Antoni

No hay debate: el máximo candidato al ascenso es Class Bàsquet Sant Antoni. El conjunto ibicenco ha acariciado la gloria dos temporadas consecutivas, quedándose a una sola canasta del salto de categoría. Esa herida abierta se ha transformado en hambre competitiva.

La dirección deportiva ha apostado por dar continuidad al bloque que los ha mantenido en la élite de la Segunda FEB, añadiendo piezas que suben todavía más el nivel. Se trata de una plantilla con rotación larga, físico en la pintura, exteriores capaces de anotar con facilidad y experiencia en situaciones límite.

Sant Antoni ya no puede esconderse. Este año la etiqueta de favorito pesa sobre sus hombros, y cualquier desenlace que no sea el ascenso se considerará un fracaso. La presión es enorme, pero también lo es el talento de un equipo que quiere dar a Ibiza su primera alegría grande en baloncesto profesional.


Aspirantes a ser cabeza de serie

Amics Castelló

El Amics Castelló es otro de los proyectos destinados a pelear arriba. La historia pesa: tras varias temporadas en Primera FEB, la obligación de regresar está muy presente. Para ello, han confiado en José Luis Pichel, un técnico con capacidad para construir equipos competitivos y reconocible estilo de juego.

La plantilla es equilibrada y completa. No se han lanzado a por grandes estrellas, pero sí han sabido fichar con cabeza para cubrir necesidades y crear un bloque sólido. En Castelló saben que no ascender sería un golpe duro, y por eso la presión es casi tan alta como en Sant Antoni.

Lobe Huesca La Magia

Huesca fue el gran damnificado de la pasada temporada, cayendo en el último paso hacia el ascenso. Este año han perdido algo de potencial en comparación, pero han sabido mantener gran parte del bloque competitivo que les llevó tan lejos. Además, la dirección deportiva ha incorporado hasta ocho fichajes con perfiles distintos, desde jóvenes en crecimiento hasta jugadores con experiencia FEB.

La afición del Palacio de los Deportes sigue siendo un factor diferencial. Huesca no parte como favorito número uno, pero nadie duda de que volverán a estar arriba, peleando cada jornada.

Proinbeni UPB Gandía

El proyecto de Alejandro Mesa en Gandía merece atención. Sin hacer ruido, el club ha armado un bloque muy sólido, adaptado a la filosofía de su entrenador. Han cerrado plantilla pronto, con renovaciones clave y fichajes que suman en los dos lados de la pista.

El Gandía de Mesa no depende de individualidades: su fortaleza está en la cohesión y en la claridad de roles. Puede no tener los nombres más llamativos, pero sí el tipo de equipo capaz de sorprender y de instalarse entre los cabezas de serie.

Azulejos Moncayo Zaragoza

La vuelta del baloncesto zaragozano con el nombre de Azulejos Moncayo Zaragoza es otro de los grandes alicientes del curso. El club aragonés ha despertado expectación y se espera que pueda luchar por todo.

El fichaje de Víctor Rubio para el banquillo garantiza experiencia y trabajo. La pareja Alvarado-Gatell da equilibrio y oficio, mientras que el jugador Zhao es la gran incógnita: su adaptación marcará el techo del equipo. Hay que sumar perfiles como Arjol y Colom, que aportan calidad cada uno a su estilo, ambos son piezas diferenciales. Zaragoza no parte con la obligación de ganar, pero tiene armas para ser cabeza de serie.


Los que lucharán por el playoff

Sol Gironès Bisbal Bàsquet

El año pasado pagaron la novatada, pero el Bisbal ha aprendido. Este curso, con fichajes sólidos y un técnico con experiencia, el objetivo es claro: consolidarse. El bloque transmite equilibrio y carácter, suficiente para pensar en un sitio entre los ocho primeros.

CEB Llíria

El histórico club del Camp de Túria quiere seguir creciendo en la categoría. Han renovado a Kandulu, su particular “Mr. Doble-Doble”, garantía de puntos y rebotes cada jornada. Además, han apostado por juventud y talento nacional. El factor cancha del Pla de l’Arc sigue siendo su gran aliado: pocos equipos resisten la presión de esa grada. Llíria tiene potencial para meterse en playoff.

Ciudad Molina Basket

Una de las revelaciones del pasado curso, que mantiene a Carles Miñana en el banquillo y gran parte del bloque que ya sorprendió a todos. El valor de la continuidad es clave: conocen sus sistemas, sus roles y la dureza de la liga. Molina no tiene presupuesto de favorito, pero sí carácter y química.

Spanish Basketball Academy (SBA)

El caso de la SBA es singular. Con jugadores jóvenes, fichajes arriesgados e internacionales de perfil formativo, son capaces de lo mejor y lo peor. Una moneda al aire. Si logran cohesión y continuidad, pueden sorprender; si no, la irregularidad puede condenarlos.


Zona tranquila: estabilidad y permanencia

No todos luchan por ascender. Para algunos, mantener la categoría sin sobresaltos ya es un éxito.

  • Bueno Arenas Albacete Basket: bloque con menos calidad que en cursos anteriores, pero con oficio suficiente para no sufrir en exceso.
  • CB Getafe: recién ascendido con dos fichajes interesantes. Su futuro depende de la adaptación a la exigencia de Segunda FEB. Si responden bien, estarán en zona media.

Lucha por la permanencia

En la parte baja, tres nombres aparecen como candidatos a sufrir:

  • Benicarló: salvo la llegada de Lamúa al banquillo, no ha habido fichajes de peso. Dependerán en exceso de la pareja Libroia-Haro.
  • Mataró: ya sufrió el año pasado. Esta temporada ha perdido a varios veteranos de vestuario y ha apostado por jóvenes del filial. El riesgo es alto.
  • CB Salou: inscrito sobre la bocina, con fichajes de Tercera FEB. Su permanencia dependerá de una adaptación exprés.

Claves del curso y visión final

La Segunda FEB 2025-26 mezcla proyectos muy diferentes. Sant Antoni parte como favorito absoluto, cargando con la presión de ascender de una vez por todas. Castelló, Huesca, Gandía y Zaragoza se perfilan como cabezas de serie, con argumentos sólidos. Por detrás, Llíria, Molina, Bisbal o SBA sueñan con meterse en playoff.

En la zona media, Albacete y Getafe buscarán estabilidad, mientras que Benicarló, Mataró y Salou vivirán en el filo.

El formato competitivo garantiza emoción: tres ascensos en juego y solo cinco descensos mantienen vivo el interés en ambas zonas de la tabla. Cada jornada será clave, y el desenlace puede decidirse por detalles tan pequeños como un average directo o una prórroga en enero.

En definitiva, estamos ante una temporada apasionante, en la que tradición, proyectos emergentes y bloques consolidados se cruzan para dar forma a un campeonato vibrante. La pregunta es inevitable: ¿será por fin el año de Sant Antoni, o habrá un tapado que rompa todas las quinielas?

Lo único seguro es que la Segunda FEB 2025-26 no va a dejar indiferente a nadie.