El partido arrancó con el quinteto habitual de Svetislav Pesic, esta vez con Guduric entrando en lugar del lesionado Bogdan Bogdanovic. El inicio no fue nada sencillo: la Letonia de Luca Banchi salió con muchísima agresividad, vertical en ataque y castigando a Petrusev y Jovic con gran movilidad sin balón. Las penetraciones letonas cerraban la defensa serbia y permitían dividir rápido hacia sus exteriores, muy inspirados desde el 6,75. Serbia, con las mismas malas sensaciones que ante Portugal, trataba de agarrarse al partido buscando siempre a su referente: Nikola Jokic. Cada vez que los serbios elevaban sus líneas defensivas, la respuesta local era clara: circulación veloz y tiros abiertos que mantenían el partido muy igualado al término del primer cuarto.

El segundo cuarto no trajo demasiadas mejoras. Micic, aún lejos de su mejor forma, ofrecía un juego errático y con exceso de bote que atascaba a sus compañeros y facilitaba las pérdidas. Letonia castigaba cada error y, con dos triples seguidos, se ponía por delante (29-28), obligando a Pesic a parar el encuentro. Pese a las dudas colectivas, Jokic no se escondía y continuaba sumando bajo los aros. Entonces emergió Guduric para asumir galones en el perímetro, acompañado por un triple de Avramovic que dio algo de aire a los balcánicos, demasiado dependientes de su estrella. Sin embargo, la facilidad con la que los letones encontraban tiros liberados desesperaba a Serbia, que llegaba al descanso por delante, pero con un sabor amargo (38-42).

Tras la reanudación, los problemas persistían. Serbia ya acumulaba ocho pérdidas, algunas incomprensibles y fruto de la desconcentración, especialmente de Jovic. Letonia, espoleada por un público entregado, encontraba en Zagars a su maestro de ceremonias en la dirección de ataque. Serbia respondía con lo único fiable de la noche: Jokic, que seguía sumando con autoridad, y un Guduric que aportaba liderazgo y cinco puntos consecutivos para devolver la diferencia de +10 (56-67).

El último cuarto devolvió la tensión al choque. Letonia, con gran energía, reducía la diferencia hasta los siete puntos. Jokic castigaba a Porzingis en la pintura, pero los desajustes defensivos balcánicos permitieron a Bertans acercar todavía más a su equipo. A falta de dos minutos, los locales se pusieron a tan solo cuatro puntos y, tras un triple espectacular de Arturs Kurucs, llegaron incluso a colocarse a dos. En ese momento crítico, apareció nuevamente el de siempre: Nikola Jokic. Un pick & pop con Avramovic le dejó liberado en el triple y, aunque hasta entonces había estado errático desde esa distancia, no perdonó para dar aire a su selección. Letònia siguió peleando, pero se topó con un Jokic imperial que cerró el partido con 39 puntos en una actuación histórica.

Serbia se llevó la victoria (80-84), pero lo hizo con más dudas que certezas. El equipo de Pesic tuvo que exprimir al máximo a su gran estrella para evitar un tropiezo ante una Letonia enorme, valiente y empujada por su público. El triunfo mantiene a Serbia en el camino, pero las sensaciones invitan a la reflexión: el oro europeo no se gana solo con Jokic.

Estadísticas

Serbia:

● Nikola Jokic 39 (15/26 FG, 1/4 3PT, 8/8 FT, 10 REB, 4 AST, 3 STL, 42 EFF). ● Filip Petrusev 12 (3/6 2PT, 6/6 FT, 4 REB). ● Marko Guduric 11 (5 REB, 5 AST). ● Aleksa Avramovic 8 (4 REB)

Letonia:

● Davis Bertans 16 (4/10 3PT, 10 REB). ● Kristaps Porzingis 14 (3/7 FG, 8/8 FT, 6 REB, 3 BLK). ● Rihards Lomazs 13 (4/8 FG, 4 REB, 4 AST). ● Arturs Kurucs 10 (4/9 FG). ● Rolands Smits 10 (4 REB)