
El telón de acero de Málaga ha caído y la sentencia es inapelable. La final de la Supercopa Endesa 2025 se resolvió con la victoria del proyecto más ambicioso y liberado. En el Palacio de Deportes Martín Carpena, dos narrativas colisionaron, y fue la del Valencia Basket la que se impuso a la ineludible hegemonía del Real Madrid. Este encuentro, que marcaba la «primera prueba real» para Sergio Scariolo, concluyó con un revés para el nuevo técnico, demostrando que el ADN ganador del club no pudo imponerse a la voracidad de un rival que tenía menos que perder.
La clave del triunfo taronja residió en su estrategia mental y en la actuación MVP de De Larrea. El triunfo no solo validó la visión de Pedro Martínez, sino que coronó a un líder inesperado que ejecutó a la perfección la «prueba de fuego» sin el peso del fracaso. El momentum de su plantilla renovada, con un ritmo atlético alto, chocó contra el oficio de un Madrid que se sabía obligado a confirmar su estatus. Al final, la Supercopa Endesa 2025 se tiñó de naranja (94-98), certificando que la ambición y la libertad de la oportunidad prevalecieron sobre la presión de la confirmación hegemónica.
Primer Cuarto: El Asalto Inicial (27-24)
El salto inicial fue un claro aviso. Aunque Mario Hezonja abrió el marcador con un triple, la ambición del Valencia se manifestó con la desfachatez de De Larrea y un triple de Taylor, alcanzando el 5-10. La hegemonía, sin embargo, se personificó en Walter Tavares, cuyo tapón a Reuvers y su dominio bajo aros impusieron respeto. El Madrid, aprovechando la rotación, firmó un parcial de 12-2 liderado por Kramer y Deck, demostrando la profundidad de su banquillo y terminando el cuarto con una mínima ventaja (27-24).
Segundo Cuarto: El Desenlace Taronja (44-51)
Si el primer cuarto fue un asalto de tanteo, el segundo se resolvió con la voluntad firme del Valencia Basket. El objetivo taronja de anular la ventaja madridista se cumplió en un suspiro: tras la primera canasta de Llull, la juventud de De Larrea y un triple solitario de Reuvers igualaron la contienda a 29. La batalla se trasladó entonces a la línea de tres, donde el Valencia castigó la defensa blanca, alcanzando el 32-37. El pulso central de Tavares mostró luces y sombras: sus tapones se vieron contrarrestados por la frustración y una falta en ataque que, junto a una técnica a Scariolo, elevó la temperatura. A pesar de que el Valencia desaprovechó tiros libres cruciales, Omari Moore y la solvencia de Cameron Taylor sellaron la jugada final, enviando a ambos equipos a vestuarios con el Valencia Basket en clara ventaja (44-51).
Tercer Cuarto: La Imposición del Ritmo (69-69)
El descanso sirvió a Scariolo para ajustar la brújula. El Madrid regresó para imponer su filosofía, firmando un parcial inicial que redujo la desventaja a solo tres puntos. El ambiente se convirtió en una guerra de decibelios, con la afición de Unicaja y Valencia intentando acallar a la marea blanca. La hegemonía del Madrid se impuso en el tempo de juego. Scariolo consiguió ralentizar el partido, lo que permitió que la calidad individual se desatara: Hezonja alcanzó los 19 puntos, mientras que Campazzo destilaba «pases mágicos». El resultado fue un demoledor parcial de 20-7 que puso al Madrid seis arriba. Pero el Valencia no se rindió. Con De Larrea y Pradilla volviendo a la carga, la última posesión fue un testamento de la tensión: una acción espectacular de Moore dejó a Garuba en el suelo y certificó el empate (69-69).
Cuarto Cuarto: La Caída del Coloso (94-98)
El último cuarto se inició con la calma tensa que el Madrid deseaba imponer, llegando al 73-71. Pero el partido, como un animal herido, se desbocó rápidamente. El espectacular 2+1 de Sako devolvió la delantera al Valencia (74-76) y forzó la vuelta de Tavares. El punto de inflexión, el momento que definió la final, llegó a falta de tres minutos: Walter Tavares fue eliminado por quinta falta personal. El pilar defensivo del Madrid se derrumbó. Aunque el Madrid quemó sus naves con la eterna pareja Llull-Campazzo, que sacó petróleo con un triple con falta (89-92), fue la respuesta taronja la decisiva. Cameron Taylor anotó un crucial 2+1 y De Larrea, ya con aura de MVP, selló desde el libre la distancia final, confirmando sus 21 puntos en el momento de mayor presión. El Valencia Basket, se llevó la Supercopa Endesa 2025 por 94-98.
Conclusiones: La Nueva Jerarquía
del Valencia Basket es la validación definitiva de su proyecto renovado, simbolizada por la coronación de De Larrea como MVP del torneo. El equipo taronja demostró una profundidad de banquillo y una frialdad en los momentos clave (a pesar de los libres fallados) que superó al oficio del campeón. Para el Real Madrid, la derrota, marcada por la eliminación de Tavares y la frustración evidente de Scariolo, supone el primer tropiezo en su camino hacia la confirmación de la hegemonía, obligándolos a corregir su tempo de juego y su gestión de la intensidad antes del inicio liguero.
Ficha técnica:
94. Real Madrid: Cinco inicial: Feliz(7), Abalde(3), Hezonja(19), Deck(11), Tavares(7). Llul(9), Kramer(5), Campazzo(18), Garuba(3), Fernando(), Lyles(9), Procida(3)
98. Valencia Basket: Cinco inicial: Taylor(17), Reuvers(12), Pradilla(9), De Larrea(21), Moore(10). Sako(6), Thompson(9), Iroegbu(2), Costello(2), Nogues(-), Puerto(10).