Lograr una medalla de plata en unos Juegos Olímpicos no es fácil. Las chicas del 3×3 lo han logrado y no han conseguido colgarse el oro por muy poco. Esa medalla es mucho más que un metal. Es el logro de un trabajo que lleva mucho tiempo en marcha.
Siempre hay un deporte en los Juegos Olímpicos que despierta la ilusión y el interés, aunque sea muy desconocido para el público en general. Está claro que el baloncesto no lo es, gracias a los grandes resultados internacionales de chicos y chicas, pero en la modalidad 3×3 si que es algo menos conocido.
Cada verano son más los torneos que se organizan de esta modalidad y los jugadores de baloncesto 5c5 se apuntan para seguir en activo durante los meses que no hay competición, pero también es cierto que cada vez más, hay jugadores que solo se dedican al 3×3.
Vega Gimeno, Sandra Ygueravide, Juana Camilión y Gracia Alonso de Armiño han sido la cara visible de este juego pero antes de ellas y junto a ellas, hay muchas más jugadoras y jugadores que están luchando porque esta modalidad cada día esté más profesionalizada.
Se ha recorrido mucho camino y queda mucho por recorrer, pero esta medalla de plata en París 2024 es un paso más que se ha dado para que la gente se enganche a este deporte y, lo que es también muy importante, los patrocinadores inviertan en esta modalidad.
Baloncesto en estado puro, rápido, vibrante, emocionante, de contacto… lo tiene todo para enganchar a jugadores/as y aficionados.
Que esta Plata sea el inicio de un desarrollo exponencial del 3×3 en España y que lleguen muchos más éxitos de chicas y de chicos.