
Si vemos solo los datos de Detroit Pistons, sus 44 victorias y 38 derrotas, y la eliminación por 4-2 frente a los Knicks, se puede decir que ha realizado una temporada normal. Quedar sexto de conferencia y no pasar de primera ronda de playoffs, no es para pensar en una buena temporada. Sin embargo, recordando la temporada pasada, el equipo tan solo venció en 14 partidos y tuvo la mayor racha de partidos consecutivos perdidos en una temporada, con 28. Después de esos resultados, esta temporada se presentaba de transición con algunas victorias más.
El equipo de Michigan siguió confiando en sus jugadores jóvenes, Cade Cunningham (2001), Jaden Ivey (2002), Jalen Duren (2003), Ausar Thompson (2003), Isaiah Stewart (2001) y Marcus Sasser (2000) y acertaron con los fichajes. Para la posición que más les faltaba, optaron por el ala-pívot con experiencia, Tobias Harris y buscaron triplistas, fichando a Tim Hardaway Jr. y Malik Beasley. Ficharon a un tercer pívot, Paul Reed y seleccionaron al alero Ron Holland, en quinta posición del draft. También seguía Simone Fontecchio. El quinteto titular quedaba con Cunningham, Ivey, Hardaway Jr., Harris y Duren.
El equipo no empezó bien, pero en enero consiguió poner un balance positivo (20-19). Jaden Ivey, que estaba jugando su mejores partidos, promediaba 17,6 puntos, se fracturó el peroné de la pierna izquierda. En febrero llegó al equipo, el base alemán, Dennis Schröder, que contribuyó en el buen mes de Pistons (9-3).
Pasar de 14 victorias a 44 y disputar los playoffs, es una de la mayores mejorías de una temporada a otra.
Cunningham (26,1 puntos, 6,1 rebotes, 9,1 asistencias) ha jugado su primer All-Star y Beasley (16,3 puntos) ha quedado segundo en las votaciones para el premio Sexto hombre del año.
Ayer perdieron el sexto partido de primera ronda contra New York Knicks, en una serie en la que todos los partidos han sido muy igualados y en la que Isaiah Stewart se lesionó en el primer partido.
La temporada que viene a seguir mejorando.