
El Real Madrid ha vencido al actual campeón de la Euroliga, Panathinaikos en lo que ha sido la reedición de la pasada final donde los griegos se alzaron campeones. Con un WiZink entregado, los de Chus Mateo han dado un paso adelante tras los últimos malos resultados.
Y es que el inicio de los blancos esta temporada no está siendo bueno y jugar ante su público en este momento es una ayuda para cambiar la situación. Si además se gana al equipo de Ataman que privó del único título que no ganó el Real Madrid el pasado año, el partido cobra mayor relevancia.
Hoy si que han estado los blancos acertados desde la larga distancia, acabando con un 45% en el tiro de tres, y eso ayuda a empezar con un 8 a 0 de parcial y con una clara ventaja en el marcador durante la segunda parte. Ataman se desesperaba, pero hoy era el día del Real Madrid.
Con Campazzo de nuevo en cancha, tras cumplir el partido de sanción, es algo más fácil y más si aporta 19 puntos y 6 asistencias. Destacar también el buen partido de Musa y de Abalde que este año parece que va a tener más importancia en la rotación de Chus Mateo.
El cinco de cinco en triples de inicio les llevó a acumular 14 puntos de ventaja de inicio y Panathinaikos, con la importante ausencia de Sloukas hacía lo posible por reaccionar. Lo hizo gracias a Nunn y a Juancho Hernangómez, que tras los rumores de fichaje por los blancos, hizo un gran partido colocando a los suyos cerca al descanso (43-38).
Tras la pausa apareció Musa, con ocho puntos seguidos, para abrir algo de brecha, que llegó a ser de 17 puntos gracias al acierto de Abalde y a la fuerza interior de Tavares. Parecía que los griegos tiraban la toalla tras llegar al último cuarto con 12 puntos de diferencia.
Pero Ataman puso las pilas a los suyos consciente que en este formato y con la igualdad que hay se puede perder pero no por mucho. Y eso hicieron los suyos, recortar poco a poco la diferencia. Al final solo cuatro puntos de diferencia, triunfo balsámico para el Real Madrid y los griegos que se van con una derrota justa pero ajustada en el marcador, a la postre mal menor.