Buen debut en este inicio de juegos para el Team USA, repleto de estrellas y claro candidato al oro. No era un inicio sencillo ante la Serbia de Jokic, pero han tirado de calidad. Nuestro experto en Serbia, Bernat, nos trae la crónica de este interesante partido.
El partido de baloncesto entre Serbia y Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de París comenzó con una palpable tensión en el ambiente. Nikola Jokic, estrella de Serbia, mostró un rostro muy serio mientras se alineaba junto a sus compañeros iniciales: Petrusev, Bogdanovic, Avramovic y Dobric. En contraste, los jugadores del equipo estadounidense, el Dream Team, parecían más relajados. Steve Kerr apostó por un quinteto inicial compuesto por Embiid, Curry, James, Holiday y Booker.
Esta aparente relajación le costó caro a Estados Unidos en los primeros minutos. Serbia arrancó con un parcial de 10-2, obligando a Kerr a solicitar un tiempo muerto para reorganizar a su equipo. A partir de este punto, los estadounidenses elevaron significativamente su intensidad defensiva. La presión sobre Jokic fue evidente, llevándolo a cometer tres pérdidas de balón. En el otro extremo de la cancha, Booker castigó a Serbia con dos triples consecutivos.
La defensa americana desgastó a los jugadores exteriores serbios, quienes empezaron a fallar tiros abiertos. Estos errores se tradujeron en desajustes defensivos que Estados Unidos aprovechó hábilmente, moviendo el balón con precisión y permitiendo a Kevin Durant lucirse con su impecable ejecución. El primer cuarto terminó con un marcador de 20-25 a favor de Estados Unidos.
El segundo cuarto vio a un equipo estadounidense desplegando una defensa aún más impresionante. Serbia parecía perdida, sin encontrar un ritmo de juego claro. Kevin Durant continuó con su actuación estelar, anotando 4/4 en triples y sin fallar un solo tiro de campo. Frente a esta situación, Serbia buscó centrar su juego ofensivo en Nikola Jokic. El pívot serbio logró contagiar su energía a Bogdanovic, quien finalmente despertó, y a Dobric, quien también mostró un nivel superlativo.
A pesar de los esfuerzos de Serbia por mantenerse en el partido, Durant seguía imparable. Terminó la primera mitad con 21 puntos, sin haber fallado un solo tiro, a pesar de las buenas defensas de Petrusev. El marcador al finalizar el segundo cuarto fue de 49-58, reflejando el dominio de Estados Unidos pero también la resiliencia de Serbia.
La primera mitad del partido dejó clara la superioridad estadounidense, tanto en defensa como en la ejecución ofensiva. Serbia, aunque logró mostrar destellos de calidad, necesitaría ajustar su estrategia si quería tener alguna oportunidad de remontar en la segunda mitad.
El tercer cuarto comenzó de manera similar al segundo, con un ritmo altísimo impuesto por el equipo estadounidense, que no permitió a Serbia encontrar su juego. Cada triple fallado o tiro libre desperdiciado por los serbios se veía castigado inmediatamente por el apabullante acierto de las estrellas de la NBA. La dinámica del partido era frenética, y esto parecía desorientar a Serbia, que abusaba del tiro exterior en un día en que la puntería no estaba de su lado. Los serbios terminaron el partido con un pobre 9 de 37 en triples, apenas un 24% de acierto, una cifra insuficiente para competir contra los mejores.
Con el partido aparentemente roto al inicio del último cuarto (65-86), Estados Unidos bajó un poco la guardia. Serbia aprovechó este momento para reducir la diferencia, situando el marcador en 73-86 gracias a Jokic y algunos destellos de Bogdanovic y Micic, quienes estuvieron bien defendidos durante todo el encuentro. Sin embargo, la continua precipitación de los jugadores serbios bajo la dirección de su entrenador Pesic permitió a Estados Unidos retomar el control y distanciarse nuevamente en el marcador de forma definitiva.
Los números finales reflejaron la superioridad estadounidense: un 56% de acierto en triples y un 67,6% en tiros de dos puntos. Estos porcentajes fueron demasiado altos para una Serbia que no pudo imponer su defensa en prácticamente ningún momento del partido. Además, el pobre rendimiento desde el perímetro fue determinante en su derrota. La ausencia de Davidovac y la reducción de minutos de Dobric, en favor de un Guduric que tuvo una noche nefasta, se notaron en el equipo serbio.
En resumen, el partido dejó claro que Estados Unidos, con su impresionante precisión y defensa férrea, fue simplemente demasiado para una Serbia que luchó pero no logró encontrar su ritmo. La contundencia de los americanos en ambos extremos de la cancha les aseguró una victoria inapelable en este emocionante duelo olímpico.