
Iago Castro es un joven entrenador gallego que a pesar de su juventud tiene una amplia trayectoria en equipos de Primera FEB, antigua LEB Oro. Ahora no está directamente involucrado en un banquillo pero sigue muy ligado al mundo del baloncesto esperando una oportunidad.
En estos meses donde no está en el día a día de un banquillo se sigue formando y charlamos con él para que nos cuente su situación, analizando aspectos muy interesantes de su trayectoria y de la situación de los jóvenes entrenadores en nuestro país.
Juan Antonio Rodríguez (JA) – ¿Qué tal Iago? ¿Cómo te encuentras y dónde?
Iago Castro (IC) – Por suerte está todo bien, aunque echando mucho de menos entrenar. Estoy deseando volver a las pistas. Ahora mismo me encuentro en casa, disfrutando de los míos y esperando a que lleguen nuevos retos. Me encuentro con energía y con ganas de volver a trabajar. Estoy preparado para lo que venga.
Intento ver el lado positivo de las cosas, así que te diré que me siento afortunado por poder estar con todos los míos durante estos meses y poder disfrutar de ellos y con ellos. Además, sigo conectado al baloncesto viendo todos los partidos que puedo y trabajando en varios proyectos de formación de entrenadores y jugadores.
JA – ¿Qué hace un entrenador cuando no ejerce como tal? ¿Tienes plan B o eres joven para pensar en ello y esperas que llegue alguna oferta?
IC – Intentas estar lo más conectado posible con el mundo del baloncesto, que al final sigue avanzando y, aunque tú no estés presente de forma directa, tratas de seguir aprendiendo y analizando las evoluciones que presenta.
Intento ver partidos, analizarlos y hablar de baloncesto con quien puedo. Soy un obseso de que los entrenadores debemos compartir y necesitamos espacios para hacerlo, así que trato de generarlos ahora que tengo la oportunidad. Yo soy entrenador profesional desde los 22 años. Creo que no hay muchos entrenadores en España que puedan decir eso a día de hoy, y siempre me fue relativamente bien. Con 24 años estaba ascendiendo a la ACB, así que no puedo quejarme ahora que estoy sin trabajo por primera vez en mi vida. Me tocaba ver este lado del oficio, porque el baloncesto siempre ha sido muy agradecido conmigo. He sido un privilegiado, pero también he trabajado mucho para serlo. Soy y seré entrenador de baloncesto toda mi vida, no tengo un plan B porque sé que he nacido para esto.
JA – Tras tu salida de la cantera de Celta, ¿cómo has iniciado la búsqueda de nuevos retos?
IC – Intento no perder demasiado el tiempo y trato de cerrar las etapas lo mejor que sé. Celta ha sido un club que me ha permitido conocer gente maravillosa que estará en mi vida durante mucho tiempo, pero has de continuar tu camino y ser coherente con las apuestas vitales que haces.
Intento estar pendiente de las oportunidades que pueden ir surgiendo y, por suerte, desde este verano he querido cambiar algunas cosas en mi carrera y trabajo con un nuevo agente con el que estoy muy ilusionado por hacer grandes cosas en el futuro, David Navarro.
JA – ¿Qué supone estar sin poder ejercer y cómo lo suples?
IC – Por supuesto, no es lo que esperas, pero sabes que es una situación que puedes llegar a atravesar. Llevo 13 años consecutivos entrenando y el cambio es muy notable. Echo mucho de menos las pistas, los viajes, la adrenalina de la competición, y, sobre todo, poder trabajar con los jugadores y ayudarlos en sus procesos. Es un trabajo vocacional y cuando no tienes la suerte de realizarlo, tu vida cambia.
Por suerte, me están llamando mucho para dedicarme a la formación de entrenadores. Eso quiere decir que he hecho y hago algunas cosas bien. Actualmente dirijo el Máster en baloncesto profesional de la TECH University, que es la universidad online oficial de la NBA. Estoy preparando también algunos cursos de formación de entrenadores y, además de ello, tengo la suerte de poder impartir charlas y clínics en España y Portugal.
JA – Tú que has vivido varios años la antigua LEB Oro, ahora primera FEB, ¿cómo ves el nivel y en qué ha cambiado de tu etapa en Cáceres?
IC – Tras cuatro temporadas en la competición, he tenido la suerte de trabajar y de competir contra grandísimos jugadores, como Marc Gasol, Edwin Jackson, etc. El nivel de la liga continúa en aumento y cada vez es más alto. Participan muchas estructuras de ACB que no consiguen ascender, y siguen llegando jugadores de un nivel muy alto. Es una liga diferente a la ACB en cuanto a sus tendencias tácticas, pero es tremendamente atractiva para el espectador y para todos los entrenadores.
La liga ha cambiado mucho desde mi etapa en Breogán pasando por la de Cáceres, cada año su nivel ha sido superior. El problema es que no todos los equipos pueden adaptarse a estos cambios a nivel económico, especialmente, aunque cada temporada hay algún equipo que se supone que debería estar arriba que termina por debajo de alguno de los que podríamos considerar más humildes.
Es una liga que tanto entrenadores como jugadores han de conocer, y que gran porcentaje del éxito se encuentra en hacer un buen trabajo en verano para confeccionar las plantillas. Tanto mi segundo año en Breogán, cuando ascendimos y fuimos campeones de Copa Princesa, como el primer año de Cáceres, en el que nos quedamos a un partido de la Final Four, creo que hicimos un gran trabajo en verano para crear plantillas competitivas.
JA – ¿Estás dispuesto a vivir la aventura en el extranjero? ¿Hay opciones?
IC – Por supuesto que escucho y valoro todas las opciones que puedan ir surgiendo. Estos últimos meses hemos tenido opciones para poder entrenar, algunas en el extranjero y otras en España, pero por diversas razones no hemos podido o querido concretar nada. Dicen que entrenadores españoles estamos muy bien valorados en el extranjero, quizás mejor que en España, aunque sea ciertamente paradójico.
JA – Defínete como entrenador. ¿Qué podrías aportar a un equipo que te fichara?
IC – Quizás esto deban decirlo otros. Trabajo más que nadie y trato de respetar todo lo que significa y rodea a este oficio. Soy una persona muy competitiva en la vida en general. Como entrenador, soy muy curioso y muy obsesionado con los detalles. Ojalá pudiese decirte que estoy muy preparado y que tengo muchos conocimientos, pero eso no me corresponde a mí, más que nada porque yo no tengo una visión objetiva de mí mismo, para mí nunca es suficiente lo que hago.
Viajo con una libreta pequeña para ir anotando todo aquello que se me pueda ir ocurriendo; mi mente no descansa ni un solo segundo.
¿Qué podría aportar a alguien que me fiche? Como buen gallego, te diré que depende… depende del rol que tenga, si es primer entrenador, entrenador ayudante, etc., pero sea cual sea, trabajo y compromiso no faltarán nunca. Estoy preparado siempre para dar mi máximo. Tengo claro que he nacido para ser entrenador y llegaré hasta donde tenga que llegar, pero lo haré sin dejarme nada guardado
JA – ¿Qué tipo de juego te gusta que hagan tus equipos?
IC – Dentro de que cada equipo es diferente, me gustan los equipos coherentes y con las cosas muy claras. Todos nos hacemos una idea de aquellos equipos que, cuando los ves, puedes identificar qué tipo de juego quieren realizar. La identidad y las ganas de hacer las cosas bien son importantes.
Me encantan los equipos que son valientes y se pasan el balón. Necesitas ser valiente y estar seguro de muchas cosas para compartir bien el balón. Me gustan los equipos que tienen hambre y no eluden responsabilidades.
JA – ¿Qué le dirías a un entrenador joven como tú?
IC – Algo que, por suerte, aprendí muy pronto. Que se formen al máximo y lo antes posible en todo aquello que los habilita, y que nunca dejen de formarse en todo aquello que los capacita. Han de construir su propio baloncesto y su propio camino; es importante que se hagan las preguntas adecuadas a ellos mismos. Que compartan y que pregunten. La indiscreción siempre es la respuesta, nunca la pregunta.
JA – ¿Crees que faltan oportunidades para los entrenadores jóvenes?
IC – No sé si “faltar” es la palabra correcta, pero creo que nos metemos en un problema serio. Todo el mundo quiere que tengas experiencia para un trabajo, pero muy poca gente está dispuesta a darte la oportunidad de ganarla. Y muchos se sorprenderían si lo hiciesen. Yo fui el entrenador más joven de la LEB Oro durante muchos años. Fui muy afortunado porque tanto Epi como Roberto Blanco fueron dos personas que confiaron mucho en mí y me dieron una gran parcela de responsabilidad, que espero haber cumplido.
Junto a mí, también están entrenadores como Mikel Ereño en LEB y Nacho Juan en ACB, que son grandes entrenadores y seguro que me dan mil vueltas. Necesitamos dar más oportunidades y valorar más la figura del entrenador joven, siempre y cuando esté bien preparado.
Dar las gracias a Iago por su tiempo y desearle la mayor de las suertes para el futuro. La buena gente se lo merece y él es un gran tipo que se lo está currando mucho.