
El Monbus Obradoiro acabó con una amarga derrota en el último partido de la liga regular en casa, en el Fontes do Sar, frente al Inveready Gipuzkoa Basket por 63-65, en un encuentro marcado por el desacierto ofensivo, los nervios y un guion dramático que se resolvió en el último suspiro. Los de Félix Alonso, que necesitaban ganar para asegurar el factor cancha en los playoffs, fueron víctimas de su propia irregularidad ante un rival incómodo, físico y sin complejos.

El duelo comenzó con tensión y fallos en ambos lados, aunque los visitantes, liderados por un explosivo Daishon Smith, tomaron la iniciativa desde el perímetro. Faggiano y Quintela respondieron para los gallegos, que lograron ponerse por delante gracias a una buena circulación y el clásico gancho de Brodziansky. Aun así, el Obra no supo aprovechar sus momentos de superioridad y permitió que el Gipuzkoa empatase el partido desde la línea de tiros libres (15-15).
El segundo cuarto derivó en un partido trabado, con mucho contacto, impropio del baloncesto. Los errores se acumulaban en ambas zonas, con pérdidas absurdas, tiros fallados y una falta total de claridad en la dirección del juego. Solo Brodziansky ofrecía algo de luz, dominando en el poste y alcanzando los dobles dígitos en anotación. El Obra llegó a tener siete puntos de renta (33-26) gracias a una mayor agresividad en los últimos minutos antes del descanso, aunque seguía sin encontrarse cómodo ante la intensa defensa vasca (33-27 al descanso).
Vuelta de vestuarios
Tras el paso por vestuarios, el Gipuzkoa salió con mayor determinación. Mokran acertó desde el triple y Díaz empezó su recital desde el exterior. A pesar de los esfuerzos de Stevic y Faggiano por sostener al equipo, el Obra volvía a caer en errores forzados, malas decisiones y una preocupante dependencia de acciones individuales. El momento clave del cuarto llegó tras una técnica a Balvin, que permitió al conjunto vasco firmar una jugada de cuatro puntos y colocarse por delante (43-46). Solo la reacción final del periodo, con canasta de Muñoz y tiros libres de Varela, devolvió la ventaja momentánea a los compostelanos (47-46).
Con todo por decidir en el último cuarto, el Obradoiro pareció dar un paso adelante. Balvin y Varela ampliaban ligeramente la renta, pero el dúo Smith-Díaz, auténticas pesadillas para la defensa gallega, respondió con tres triples casi consecutivos que silenciaron Sar (55-60). A pesar del empuje final y de la mejora defensiva local, los fallos desde el perímetro (2 de 18 en triples) condenaron a un Obra que murió en la orilla. Stevic empató a falta de cuatro segundos (63-63), pero una jugada magistral de pizarra permitió a Smith anotar la canasta ganadora. Ni Muñoz ni Davison lograron cambiar el destino con sus lanzamientos finales.
En la última jornada, el Obradoiro deberá ganar en casa del Tizona Burgos para quedar quintos en la clasificación y asegurarse tener el factor cancha en la primera ronda de eliminatorias del playoff de ascenso a la Liga Endesa.
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