
El Monbus Obradoiro llegaba a tierras vascas con la intención de sumar una victoria clave que le permitiese alejarse de los puestos de descenso y ganar confianza para afrontar los próximos compromisos con mejores sensaciones. Sin embargo, enfrente estaba un Inveready Gipuzkoa con los mismos objetivos, algo que se reflejó en la igualdad que se mantuvo durante todo un encuentro que se tuvo que resolver en la última jugada de la prórroga.

Inicio complicado
El partido comenzó con un ritmo equilibrado, aunque el Obradoiro seguía sin encontrar acierto desde el triple y centraba su ataque en la pintura. A diferencia de otros encuentros, los de Diego Epifanio mostraron una mayor intensidad defensiva, especialmente en la defensa interior, para frenar las acciones del conjunto local. El primer cuarto se cerró con un triple de Brito que puso el empate a 20 en el marcador.
En el segundo periodo, los gallegos arrancaron con dificultades ofensivas, tanto en el tiro exterior como en las acciones cercanas al aro. Pasaron tres minutos hasta que Quintela logró anotar los primeros puntos del cuarto con una bomba (24-22). Mientras tanto, el equipo vasco mantenía su constancia en ataque, asegurando canastas que le permitían conservar una ligera ventaja. A falta de algo más de cinco minutos, Sergio García, el técnico local, se vio obligado a detener el juego tras cinco puntos consecutivos de Barcello, que acercaron de nuevo al Obradoiro.
Sin intensidad defensiva ni acierto
Sin embargo, en el tramo final del cuarto los de Epi entraron en un bache ofensivo y les costó encontrar el aro, aunque los locales tampoco supieron aprovechar del todo esa falta de acierto rival. Dos buenas acciones de Westermann y Andersson devolvieron el empate al marcador, lo que provocó un nuevo tiempo muerto de los vascos cuando restaba 1:24 para el descanso. En ese último minuto, el Gipuzkoa mostró más claridad de ideas y logró un parcial de 9 puntos que le permitió marcharse al vestuario con una ventaja de 41-36.
En esta primera mitad, el Obradoiro se vio penalizado por su falta de contundencia en defensa y en el rebote, donde el conjunto vasco capturó cinco más (20 en total). Además, el 33% de acierto en tiros de campo reflejó las dificultades ofensivas del equipo gallego, en el que solo Barcello mantuvo una regularidad anotadora con 11 puntos. En el bando local, destacaron las aportaciones de Javier Nicolau y Manex Ansorregui, claves para mantener a su equipo por delante al descanso.
Tiempo para cambiar las dinámicas
La segunda mitad comenzó con fuerza para los locales, que ampliaron su ventaja con un triple de Hanzlik que puso el 44-36 en el marcador, la máxima diferencia del partido hasta ese momento. El Monbus Obradoiro, fiel a su plan de juego interior, reaccionó con dos potentes mates de Dos Anjos que redujeron la desventaja (46-40). Sin embargo, el equipo gallego volvió a tropezar con los mismos problemas de la primera parte: la falta de acierto exterior y la debilidad en el rebote, factores que impidieron que los de Epi pudiesen mantener el control del marcador.
A falta de dos minutos y medio para el final del tercer cuarto, Brito logró poner por delante al Obradoiro (53-54), pero ninguno de los dos equipos consiguió anotar hasta la última jugada, cuando Terry encestó un triple que devolvió la ventaja al conjunto dirigido por Sergio García (56-54). La igualdad siguió siendo la nota dominante del cuarto, con ambos equipos alternando rachas de acierto y errores en ataque.
Final de infarto
El último periodo arrancó con máxima tensión y con los dos equipos conscientes de lo mucho que había en juego. El intercambio de canastas se convirtió en protagonista, y el acierto ofensivo marcó el desarrollo del cuarto. El Obradoiro logró una pequeña renta de cinco puntos (74-79) gracias a dos triples consecutivos de Barcello, lo que obligó al técnico local a solicitar tiempo muerto cuando restaban 1:34 minutos para el final. Pero el Gipuzkoa no se rindió: con carácter y apoyado por su afición, fue recortando diferencias hasta empatar el partido en la última posesión con una canasta de dos del exobradoirista Nacho Varela, forzando así la prórroga (81-81).
En el tiempo extra, la igualdad continuó siendo total. Ambos conjuntos intercambiaron canastas en los primeros compases, con Barcello y un sólido Westermann manteniendo al Obradoiro en el partido. En el tramo final, los locales dispusieron de dos oportunidades claras para sentenciar el encuentro, primero con Mikel Motos y luego con Nacho Varela, pero no lograron convertirlas. Finalmente, el Monbus Obradoiro consiguió imponerse por la mínima (95-96) en un duelo sufrido y muy trabajado, logrando una victoria de enorme valor tanto en lo clasificatorio como en lo anímico.
Ficha técnica:
(95) Inveready Gipuzkoa: Lance Terry (16), Javier Nicolau (15), Giorgi Korsantia (12), Nacho Arroyo (11), Abdoulaye Ngom (9), Manex Ansorregui (8), Aitor Zubizarreta (7), Tyler McGhie (7), Ondrej Hanzlik (6), Mikel Motos (4), Ignacio Rosa (0)
(96) Monbus Obradoiro: Felipe Dos Anjos (22), Leo Westermann (21), Alex Barcello (21), Denzel Andersson (14), Diogo Brito (6), Sergi Quintela (4), Alonso Grela (3), Yunio Barrueta (3), Alejandro Galán (0)
Árbitros: Francisco Jose Zafra Guerra, Jesús Marcos Martínez Prada y Miquel Remisa Tramuns
Parciales: 20-20, 21-16, 15-18, 25-27, 14-15
Incidencias: Partido de la tercera jornada de la Primera FEB disputado en el Amenabar Arena de Donostia ante 1.463 espectadores.
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