
Oregon State se llevó la victoria por 71–52 ante Utah State en un Gill Coliseum a reventar con 8.613 espectadores, pero el marcador fue casi lo de menos. El verdadero titular estuvo en la pista: hasta siete jugadoras españolas y un entrenador español coincidieron en un mismo partido NCAA, algo excepcional incluso en un momento histórico para el baloncesto nacional, con más de 100 jugadoras compitiendo actualmente en Estados Unidos.
Las vigentes campeonas de la WCC, invictas en este inicio de temporada, dominaron desde la solidez de su rotación. Entre las Beavers, Lara Alonso-Basurto (Fr, Madrid) fue la española más destacada con 6 puntos y 4 rebotes, aportando intensidad y eficacia en sus minutos. También participaron Cloe Vecina (So, Vigo), con 1 punto, y Lucía Navarro (Jr, Valencia), que sumó minutos de calidad aunque sin anotar.

Utah State plantó cara durante casi treinta minutos, pero el desacierto exterior y el desgaste físico acabaron pasando factura. En el lado visitante brilló la conexión española con Marina Asensio (Sr, Sabadell), que firmó 5 asistencias y dio orden al ataque de las Aggies, y con Aitana Roselló (Fr, Castelló), que mostró personalidad desde el banquillo con 4 puntos y buenas sensaciones. Paloma Muñoz (Fr, Santander) añadió minutos de rotación, mientras que Mirembe Twehamye (Valencia), redshirt, no puede competir esta temporada.
El partido también tuvo sello español desde el banquillo, con la presencia de Quim Gómez, uno de los pocos entrenadores españoles actualmente en la NCAA.
En definitiva, más allá del resultado, el duelo dejó una imagen poco habitual: talento español por todas partes, en ambos equipos, en pista y en la banda. Un pequeño escaparate de la enorme presencia que España ha consolidado en el baloncesto universitario estadounidense.




