
El UCAM Murcia tuvo que ponerse el mono de trabajo para superar al Rilski Sportist búlgaro (77-63) en su estreno en la FIBA Europe Cup.El conjunto universitario, que dio descanso a tres de sus piezas clave, Sant-Roos, Toni Nakic y Cacok, sufrió más de lo previsto ante un rival que, lejos de amedrentarse, plantó cara durante buena parte del encuentro.
El regreso de los miércoles europeos al Palacio de los Deportes dejó una lección clara: en Europa no hay partidos sencillos. Los de Sito Alonso comenzaron con fuerza, pero debieron tirar de carácter, defensa y rebote para asegurar un debut con victoria que les coloca líderes de su grupo.
Sito Alonso apostó por un quinteto inicial formado por Forrest, Radebaugh, Raieste, Falk y Diagne. Tras unos minutos de tanteo, el UCAM se desató con un triple de Radebaugh y un mate de Raieste que encendieron al Palacio. En apenas cinco minutos, el marcador reflejaba un contundente 15-0.
El Rilski Sportist parecía no encontrar respuestas ante la defensa murciana y su técnico tuvo que pedir un tiempo muerto para frenar la sangría. Sin embargo, los búlgaros lograron anotar sus primeros puntos desde el tiro libre y empezaron a asentarse en el partido. El UCAM, con las rotaciones, perdió algo de fluidez ofensiva, pero consiguió cerrar el primer parcial con una ventaja de diez puntos (19-9).
El segundo periodo comenzó con la entrada de DeJulius, buscando mayor control en la dirección. Pero el ritmo de los universitarios se desplomó. El Rilski aprovechó las dudas en el ataque murciano y redujo la diferencia con un parcial de 2-6. El tiempo muerto de Sito Alonso no surtió el efecto esperado: Stokes y Arnett comenzaron a hacer daño desde el perímetro, mientras el UCAM acumulaba pérdidas y errores en el tiro.
Los de Murcia, espesos y sin ideas, vieron cómo su cómoda ventaja se evaporaba. De hecho, el equipo búlgaro llegó a colocarse a tan solo un punto justo antes del descanso (29-28), dejando a los locales con la sensación de que el partido se había complicado.
Tras el descanso, el Rilski salió decidido a dar la sorpresa. En apenas minuto y medio, se puso por delante por primera vez en el partido (32-33). Raeiste respondió con un espectacular mate que levantó al público, pero los búlgaros ya habían perdido el respeto inicial y jugaban con soltura.
Stokes, imparable, alcanzaba los 15 puntos personales y obligaba al UCAM a redoblar esfuerzos en defensa. Sito movió el banquillo e incluso dio minutos al joven Aaliya, que aportó intensidad en la pintura. Pese a todo, el equipo seguía atascado desde el triple y necesitaba hasta tres intentos para anotar bajo el aro.
El final del cuarto llegó con los universitarios solo un punto arriba (50-49), en un ambiente tenso y con el público consciente de que el debut europeo iba a ser más igualado de lo que se esperaba.
El UCAM Murcia encararó los diez minutos finales con malos porcentajes: apenas un 26% en triples y dos tiros libres anotados de seis. La reacción llegó desde la defensa. Will Falk emergió con un rebote ofensivo clave y un tapón que devolvió energía al equipo, mientras Dylan Ennis sacaba un ‘2+1’ que dio algo de aire (55-49).
Stokes mantuvo a los búlgaros con vida a base de triples ,acabó con 22 puntos, pero Dani García y DeJulius respondieron con acierto en los momentos decisivos. Pese a las eliminaciones por faltas de Radebaugh y Diagne, el UCAM supo gestionar los últimos minutos con cabeza.
Una canasta y adicional de DeJulius (67-59) acabó por romper el encuentro. El Palacio respiró aliviado cuando sonó la bocina: el 77-63 final sellaba una victoria trabajada, más sufrida de lo que el marcador refleja.
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