Cómodo triunfo de los de Porfirio Fisac para sumar el octavo triunfo de esta temporada ante un Bàsquet Girona que no muestra señales de mejora (96-68).

Si el baloncesto es un deporte de dinámicas, hoy ha sido una buena muestra de ello. Muchos aspectos estrictamente de baloncesto podrían explicar la derrota catalana en Zaragoza, pero los bajos porcentajes y, otra vez más, los números en el rebote, dejan claro que Bàsquet Girona es, ahora mismo, un equipo hundido.

La puesta en escena ha sido una muestra clara que el equipo dirigido por Moncho Férnandez no tenía plan, o herramientas para poner en problemas a un conjunto maño. Bango y Trae Bell-Haynes eran los dos nombres más destacados, y en poco más de cinco minutos ambos estaban por encima de los 8 de valoración.

A pesar de eso, el acierto inicial ha permitido mantenerse en partido al conjunto catalán. Podían haber cerrado el primer cuarto con ventaja, pero la tercera acción de falta y adicional encajada en diez minutos devolvía la ventaja al conjunto local que a partir de ahí solo ha hecho que aumentar.

El paso de los minutos ha evidenciado aún más los problemas en el juego interior que tiene el equipo dirigido por Marc Gasol. Ni Sorolla, ni Nnaji ni Caffaro han sumado más de tres minutos seguidos en pista. De hecho, Juan Fernández ha sido el recurso en el cinco durante muchos minutos para Moncho Fernández. Además, en el 4, el recurso ha sido Sergi Martínez, ante otro horroroso partido de Susinskas (0/3 en T3 y otro partido con cinco faltas).

Muy cómodo Casademont Zaragoza durante todo el partido en el Pabellón Príncipe Felipe. Pofirio Fisac se ha permitido el lujo de poder rotar y que ningún jugador supere los 25 minutos de juego. Hasta los 33 puntos se ha ampliado la diferencia. Colosal partido de Jilson Bango, que ante la falta de oposición ha cerrado el partido con 27 puntos y 34 de valoración en 23 minutos.

Las dinámicas son así. Cuesta mucho salir de una mala, y es fácil caerse de una buena. Casademont Zaragoza ha salido dispuesto a no perder la suya y seguir soñando en Copa. Bàsquet Girona ha cerrado una semana más con otra derrota y sin los cambios necesarios para soñar con lo que cada día que pasa se parece más a una epopeya.